MIREYA ROURA MARRATXÍ.- La Fundación Aeronáutica Mallorquina proyecta crear un museo en Marratxí con más de 6.000 documentos que resumirán la historia de la aviación en Baleares. En estos momentos, la memoria del aire mallorquín está en el peor presidio después de tanto volar. Encerrada. Pero si estuviera expuesta en un museo, tal y como pretende la Fundación, el visitante se quedaría quizá con una imagen que recuerda a la de un lienzo impresionista. La falta de medios en el archivo de la Fundación Aeronáutica Mallorquina ha provocado que permanezca oculta.
En el futuro museo podremos contemplar instantáneas tan impresionantes como la del puerto de Palma con su catedral y sus mástiles perfilados. Una fotografía que podría ser actual, pero un hidroavión biplano en el extremo izquierdo lo delata. Es el 2 de junio de 1921. Día en que se inauguró la Compañía Aérea Mallorquina, la primera en Baleares.
Pero si el visitante del hipotético museo quiere saber cuál fue el acontecimiento que motivó a Mallorca romper el mar con su propia flota de hidroaviones, tendrá que trasladarse frente a una fotografía del 18 de marzo de 1920: una nube de sombreros de galleta espera la llegada de un Savoia-9 que había salido de Barcelona a las 11.30. Son los que quieren leer, por primera vez, la prensa barcelonesa el mismo día de su publicación. Es miércoles y, sin este hito histórico, tendrían que sperar al sábado para conocer las noticias de ese día.