Última Hora Digital 4-11-2007
La mayoría de expertos y políticos consultados cree que no debe desaparecer aunque sí modificarse
LAURA MOYÀEl Congreso de los Diputados aprobó el pasado miércoles la Ley de la Memoria Histórica. El artículo 15 de la normativa intenta marcar unas líneas sobre si hay que eliminar o no los monumentos franquistas. El texto dice que «las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura. Esto no será de aplicación cuando concurran razones artísticas y arquitectónicas protegidas por la ley». En Palma, existe uno de esos monumentos: el realizado en memoria de las víctimas del crucero Baleares, ubicado en sa Faixina.
Una encuesta realizada por este periódico a un grupo de historiadores y arquitectos, además de representantes de los partidos con presencia en el Ajuntament de Palma, demuestra que la gran mayoría está en contra de que desaparezca. Algunos piden que se ponga una nueva placa que contextualice los hechos, mientras que otros prefieren que se cambie parte del significado y se dedique a todos los caídos durante la Guerra Civil, sean del bando que sean.
Sólo los representantes de la Associació de la Memòria Històrica hacen una defensa acérrima de su desaparición por el significado del monumento. Algunos también piden que Cort encuentre un lugar más alejado del centro de Ciutat, una opción de entrada bastante inviable.
De momento, el Ajuntament de Palma ya ha anunciado que no derribará el monolito. Su solución es colocar una placa que explique qué sucedió la madrugada del 6 de marzo de 1938, la noche en que 800 marinos, muchos de ellos mallorquines, fallecieron después de que la marina republicana hundiera el crucero Baleares.