El concurso de dirección técnica queda desierto y Cultura plantea un certamen restringido
Imágen: La reforma de sa Llonja debe empezarse por el tejado.
LOURDES DURÁN. PALMA. Un bache más para que la rehabilitación de sa Llonja sea una realidad. El edificio gótico de Guillem Sagrera deberá esperar unos meses más puesto que el concurso de adjudicación de dirección técnica ha quedado desierto al "no reunir las condiciones del pliego, ni acreditar la solvencia técnica ni experiencia en edificios patrimoniales" los arquitectos presentados. Cultura no descarta recurrir a un profesional de prestigio que se responsabilice de una reforma que lleva dilatándose más de nueve años.
Ahora, la máxima responsable en materia cultural del nuevo Ejecutivo balear, Bàrbara Galmés, ha decidido tomar cartas en el asunto.
Así lo anunció ayer en su comparencia parlamentaria. Con un rotundo "la reforma empezará de forma inminente en enero" zanjó la cuestión.
No obstante, no fue facilitado el nombre de la empresa que sí ha sido elegida, porque "aún no ha sido publicado en el BOCAIB", indicaron desde la conselleria. Tan sólo se pudo saber que la semana próxima se darán a conocer tanto el nombre de la empresa ganadora del concurso como la modalidad del certamen al que el Govern recurrirá para contar con el arquitecto que se responsabilice de las obras en el edificio gótico que da la espalda al Consolat de la Mar.
Con un presupuesto de 2,4 millones de euros -cofinanciados por el Gobierno central dentro del programa de intervención en el patrimonio arquitectónico o de interés histórico o artístico, el llamado 1 por cien cultural, y el cincuenta por ciento restante por el Ejecutivo balear-, la reforma atiende a diversas partes del edificio.
Si bien en un primer momento se habló de la intervención "urgente" en las cubiertas, el pasado mes de marzo este diario publicó que podría ampliarse a la fachada. Siempre según indicaciones de arquitectos del IBISEC.
Todos los responsables de Cultura, independientemente del color político, han izado la bandera de la intervención en sa Llonja como puntal de su cartera de acciones. Todos, sin excepción, se han quedado en las palabras. Unas veces fue la incompatibilidad de signo político entre Madrid y la comunidad balear, y otras la falta de liquidez.
Ayuda de Madrid
Hubo fumata blanca entre el Gobierno de Zapatero y el de Matas el pasado mes de marzo cuando desde Madrid se anunció que financiaría el cincuenta por ciento del coste total de la reforma, 1, 2 millones de euros. Se hará a través del ministerio de Fomento.
Con el cambio de color, el edificio sigue a la espera de iniciar las obras que permitan eliminar el tejado a cuatro aguas -según proyecto de la que fuera arquitecta del ministerio de Fomento en su momento, Gloria Alcázar- y poner una cubierta plana. Sagrera, padre de este edificio histórico, ya proyectó un remate así del monumento, sólo que en una posterior reforma del siglo XVII se construyó una cubierta a cuatro aguas.