07 de gener 2008

Una minuciosa mirada documental sobre los judíos en Mallorca

diariodemallorca.es 7-1-2008

El editor Miquel Font dibuja un panorama global sobre esta población estigmatizada durante siglos en ´La fe vençuda. Jueus, conversos i xuetes a Mallorca´


El editor y documentalista Miquel Font, con su libro. Foto: B.Ramon.

M. ELENA VALLÉS. PALMA. Un libro firmado por un editor. De esta guisa destapa uno La fe vençuda. Jueus, conversos i xuetes a Mallorca. Miquel Font le resta importancia al hecho de que haya redactado muchas de las páginas de este volumen que acaba de publicar en su propia editorial. "Siempre escribo sobre libros", reconoce el documentalista mallorquín. Éste es el motor propulsor de su prosa sápida y detallista, documentada y anotada hasta el último resquicio. La fe vençuda. Jueus, conversos i xuetes a Mallorca es una monografía que trata de ofrecer una visión amplia sobre el tema judaico en la isla. "De momento no había ninguna otra publicación que ofreciera un panorama tan extenso sobre el tema, habida cuenta que lo que abunda son libros de temática más acotada", apunta Font, que se ha encerrado durante un año para engendrar este volumen de 220 páginas. Esta obra pertenece además a la colección La Rodella -es el número 17-, que es la única dedicada exclusivamente a tema judaico en España.
El editor es un bibliófilo, un andariego de bibliotecas y archivos. Es por ello que muestra orgulloso un capítulo dedicado a la bibliografía, que cuenta con más de 250 entradas. "No se trata estrictamente de una investigación, sino que es una compilación de todo lo publicado sobre los judíos y el estado de la cuestión en estos momentos". Miquel Font abarca la historia de este grupo perseguido en la isla antes de la Conquista hasta el siglo XXI. La narración sigue un eje cronológico.

El volumen contiene un apéndice con una lista de todas las víctimas judías de la Inquisición. Font amplía la nómina de los 15 apellidos fatídicos más conocidos hasta cerca de 300. La reducción de esta relación a 15 patronímicos "parece ser que fue una cuestión económica y de prestigio social", comenta. Todo sucedió en el siglo XVIII, cuando determinadas familias botifarras -denominación despectiva de los miembros de la nobleza- eliminaron sus apellidos de la lista y dejaron los 15 más estigmatizados correspondientes a las familias que vivían en el barrio de El Call. "En Mallorca hemos tenido siempre el mismo problema: confundimos descendientes con patronímicos, y no es lo mismo", matiza.

En el siglo de las Luces, el antijudaísmo llegó a su punto álgido en la isla. Desde Madrid se demandó a los inquisidores mallorquines que renovaran las gramalletes (la relación de sambenitos) que quedaron ilegibles por el deterioro. Pero sobre todo se debió a las quejas de los nobles que al ver implicados algunos de sus apellidos temían perder los privilegios que otorgaba la limpieza de sangre. Una de las crónicas de la época, La fe triunfante en cuatro actos, del Padre Garau, es uno de los textos más lacerantes e hirientes acerca de los años negros en los que la Inquisición atrapó, interrogó, juzgó y condenó a "86 inculpados acusados de pertenecer a la secta israelita" (en palabras de los documentos de la época). Miquel Font se ha inspirado en este título para elaborar el suyo a modo de antítesis: "En lugar de triunfante, en este caso es vencida".


Las listas negras

La obra muestra un interés añadido por la documentación aportada acerca de dos temas que ya se conocían de boquilla. En primer lugar, se trata del sumario del saqueo de la Inquisición de 1820 a 1886. Los judíos querían que la abolieran y por ello asaltaron y destruyeron parte de sus archivos. Otra de las cuestiones a la que se le aporta un poco más de luz es a la de las llamadas listas negras. Después de la Guerra Civil de 1939, los gobiernos alemán, italiano y español pidieron a los consulados de Mallorca una relación de personas que ostentaban apellidos xuetas. "Físicamente no se han encontrado estos listados, pero hubo gente que los tuvo en sus manos", comenta. Para certificarlo, Miquel ha tenido acceso a unos dietarios, los de Francesc Aguiló Molina, que trabajaba en el consulado británico. La figura de este personaje fue trascendental porque los ingleses repartieron pasaportes entre los judíos para que salieran de la isla. Este señor canalizó muchas de estas escapadas.

Una constante destacable en las ediciones de Miquel Font es la ingente cantidad de ilustraciones que complementan el texto. En este caso el esfuerzo ha ido dirigido en la misma dirección: "Partimos de un archivo de 800 imágenes, de las que finalmente se han publicado 200".

Este documentalista continúa hablando de volúmenes y confiesa que le apasiona la historia de la bibliografía judaica, que corre paralela a su historia. En el siglo XVIII, los textos adoptaban un cariz más bien administrativo, mientras que en el XIX arrancaron ya algunas polémicas para desembocar en el XX, siglo en el que el tema salta directamente a la literatura. A pesar de ello, Font confiesa: "Creo que todavía no se ha escrito la gran novela de los xuetas en Mallorca".