La conselleria de Cultura confirma que las obras darán comienzo este mes tras la elección del mejor plan de rehabilitación
Imágen: Fachada del edificio gótico de la Lonja creado por Guillem Sagrera. Foto: Lorenzo
LOURDES DURÁN. PALMA. La conselleria de Cultura ha invitado a cinco arquitectos "de prestigio" y a seis aparejadores para que lleven a cabo el proyecto de reforma de la Lonja. Este viernes concluye el plazo para que los elegidos presenten sus proyectos; de éstos uno será el elegido por la mesa de contratación en un plazo máximo de una semana ya que, tal y como indicó la consellera a este diario el pasado mes de diciembre, la reforma se empezará a finales de enero.La mesa de contratación está integrada por cuatro técnicos, uno del propio departamento; otro económico y un especialista en rehabilitación arquitectónica y estará presidida por Francisco Javier Nieto, secretario general de la conselleria de Cultura.
Imágen: Fachada del edificio gótico de la Lonja creado por Guillem Sagrera. Foto: Lorenzo
LOURDES DURÁN. PALMA. La conselleria de Cultura ha invitado a cinco arquitectos "de prestigio" y a seis aparejadores para que lleven a cabo el proyecto de reforma de la Lonja. Este viernes concluye el plazo para que los elegidos presenten sus proyectos; de éstos uno será el elegido por la mesa de contratación en un plazo máximo de una semana ya que, tal y como indicó la consellera a este diario el pasado mes de diciembre, la reforma se empezará a finales de enero.La mesa de contratación está integrada por cuatro técnicos, uno del propio departamento; otro económico y un especialista en rehabilitación arquitectónica y estará presidida por Francisco Javier Nieto, secretario general de la conselleria de Cultura.
Una vez adjudicadas las obras, "no hay ningún impedimento para que la reforma comience", indicó un portavoz de la conselleria de Cultura.En diciembre pasado se supo que las circunstancias continuaban siendo adversas al edificio gótico ya que el concurso de dirección técnica quedó desierto "al no reunir las condiciones del pliego, ni acreditar la solvencia técnica ni experiencia en edificios patrimoniales". Un nuevo retraso se sumaba a la larga lista de dilaciones que han permitido que el emblemático edificio añada un mayor deterioro. No es en su aspecto exterior donde la Lonja padece, sino en su techo ya que presenta una serie de resquebrajamientos.
Una década después
Casi una década ha tenido que esperar el edificio para que se produzca una intervención en el tejado que no se descarta ampliar a la fachada.
El proyecto de reforma aprobado años atrás es responsabilidad de la arquitecta Gloria Alcázar, una técnica del ministerio. En él se elimina el tejado a cuatro aguas para ser sustituido por una cubierta plana. De esta manera se dará razón al creador del edificio, el arquitecto Guillem Sagrera, quien ya impuso en su proyecto un remate plano a su edificio. Fue una reforma posterior, fechada en el siglo XVII, cuando se decidió elevar una cubierta a cuatro aguas.
En la pasada legislatura, el Partido Popular de Balears estrechó la mano con el PSOE en el Gobierno estatal al consignar éste que otorgaba la financiación de 1,2 millones de euros necesarios para emprender la reforma. A esta cantidad sumar la misma cifra que debe pagar la Comunitat balear. La reforma supone un gasto total de 2,4 millones de euros. El Estado lo financia a cargo del 1 por cien cultural a través del ministerio de Fomento.
Al igual que todos los responsables culturales de los distintos ejecutivos, Bàrbara Galmés se ha expresado firme en llevar adelante la reforma. Parece ser que tras diez años, a finales de este mes la nueva imagen del edificio gótico será un espacio ya candado a cualquier actividad cultural. Así lo han reiterado desde el departamento liderado por la política socialista.
Ningún detalle más ha trascendido acerca de si la reforma alcanzará tan sólo a la parte superior del edificio o se sumará la fachada, como se dijo en la anterior legislatura del PP. Eran los arquitectos del IBISEC los que debían determinar si tal intervención en la parte exterior del edificio era necesaria.