La familia lo entregó para su inventario en el 2004 y se procedió a la compra por ser bien catalogado y su valor histórico
Imágen: Helena Inglada y Nanda Ramon con Isabel Orlandis y su hijo Carlos Morell. Foto: Sebastià Llompart
LOURDES DURÁN. PALMA. La historia se escribe en papel. La de familias como los Orlandis y Vallés de Almadrà con mayor profusión. Isabel Orlandis Habsburgo- Lorena depositó en el Arxiu Municipal de Palma el archivo familiar. Fue un 7 de abril del 2004. Tres meses después, sus hijos entregaban el correspondiente a Fausto Morell Rovira. Tras una revisión, y en aras de "proseguir con la línea de este archivo de contar con los procedentes de las familias más destacadas de la isla", Cort ha decidido adquirirlo. Ayer presentó la adquisición formalmente y acompañada con una pequeña muestra documental de los mismos. Ambos están protegidos bajo la figura de bien catalogado.
Imágen: Helena Inglada y Nanda Ramon con Isabel Orlandis y su hijo Carlos Morell. Foto: Sebastià Llompart
LOURDES DURÁN. PALMA. La historia se escribe en papel. La de familias como los Orlandis y Vallés de Almadrà con mayor profusión. Isabel Orlandis Habsburgo- Lorena depositó en el Arxiu Municipal de Palma el archivo familiar. Fue un 7 de abril del 2004. Tres meses después, sus hijos entregaban el correspondiente a Fausto Morell Rovira. Tras una revisión, y en aras de "proseguir con la línea de este archivo de contar con los procedentes de las familias más destacadas de la isla", Cort ha decidido adquirirlo. Ayer presentó la adquisición formalmente y acompañada con una pequeña muestra documental de los mismos. Ambos están protegidos bajo la figura de bien catalogado.
"Estamos en proceso de organización de los archivos, en el que el documento más antiguo está fechado en 1232 y corresponde a una dotación de la baronía de Bunyola", señaló la archivera Maria Josep Massot.
No ha sido necesaria llevar a cabo restauración alguna, sí limpieza de unos fondos que aún no se han cuantificado y cuya propietaria, Isabel Orlandis, no dudó en reiterar que "lo mejor que hemos hecho, está hecho; porque lo suyo es que estén al alcance de los investigadores".
Encontrarán en ellos legajos contables y precisos de cómo fue la edificación del Casal Solleric que perteneció a la familia. Cuando fue Casa Cifre, un mallorquín enriquecido en La Habana, que pasó después a los herederos de Almadrà. Hay muchísima información documental de la actividad comercial del primer marqués de Solleric, así como un expediente de divorcio por maltrato a mediados del XVIII.