05 d’agost 2007

La festividad de la Mare de Déu d´Agost

diariodemallorca.es 5-8-2007


Imágen: Procesión del Molinar el día de la Asunción de María
BARTOMEU BESTARD, cronista oficial de la ciudad
Cada 15 de agosto se celebra una de las solemnidades de carácter mariano con más raigambre y estima, de hecho es día festivo oficial en toda España: el día de la Asunción de María, conocido en Mallorca como el de la Mare de Déu d´Agost o Mare de Déu Morta. De acuerdo con la tradición de la Iglesia, en el día de la Asunción se rememora la glorificación y elevación (assumptio) del cuerpo y alma de la Virgen María, hija de Dios Padre, madre de Dios Hijo y esposa de Dios Espíritu Santo, para permanecer precisamente junto a la Santísima Trinidad.

Este hecho ocurrió siendo testigos oculares once de los apóstoles (todos a excepción de santo Tomás), los cuales se encargaron de trasmitirlo entre las incipientes comunidades cristianas. Ellos también se dedicaron a explicar la razón por la cual había sucedido este hecho extraordinario. Enseñaron que la madre de Jesús no podía permanecer como los demás hombres en el estado de corrupción de su cuerpo. La ausencia del pecado original (Inmaculada Concepción) y la santidad perfecta ya desde el primer instante de su existencia exigían para la Madre de Dios la plena glorificación de su alma y de su cuerpo ["María, perfectamente unida a la vida y a la obra salvífica de Jesús, compartió su destino celeste en alma y cuerpo" (Juan Pablo II)].

La primera referencia oficial sobre la Asunción se halla en la liturgia oriental. En el siglo IV se celebraba la fiesta de El Recuerdo de María, que conmemoraba su entrada en el cielo. En el siglo VI, la fiesta fue llamada Dormición de María.

El emperador bizantino Mauricio decretó que esta celebración fuese siempre el 15 de agosto en todo su imperio. Con este decreto lo que se hizo fue regular una fiesta que se celebraba ya de inmemorial. El testimonio más antiguo sobre la asunción de María en Occidente lo encontramos en el Leccionario Evangélico de Würzburg del año 650. Por otro lado, el Papa Sergio I, también en el siglo VII, decretó para esta solemnidad una procesión desde la Iglesia de San Adrián hasta Santa María la Mayor. Debido a las difíciles relaciones con Oriente y al desconocimiento de la lengua griega, la doctrina de la Asunción de María no fue desarrollada sino hasta el siglo XII, cuando aparece el tratado Ad Interrogata, atribuido a San Agustín, el cual aceptaba los hechos de la Assumptio Beatæ Mariæ Virginis, pero sin llegar a ser dogma. Hemos de esperar hasta el año 1849 para ver la primeras peticiones por parte de los obispos al Vaticano para que declarase la Asunción de María dogma de fe. Las peticiones fueron aumentando hasta tal punto que durante el pontificado de Pío XII, en 1946, por medio de la carta Deiparæ Virginis Mariæ, la afirmación de que fuera declarada dogma fue casi unánime. El 1 de noviembre de 1950 se publicó la bula Munificentissimus Deus, donde el Santo Padre declaraba dogma de fe católica la doctrina de la Asunción de la Virgen María.

En el caso de Palma, y de toda Mallorca, y tomando como punto de referencia la Catedral, es necesario recordar que desde los mismos tiempos de Jaime I, la Seu fue dedicada a Santa María y su fiesta titular era el 15 de agosto. El obispo Berenguer Batle mandó que ese día se celebrase con la misma solemnidad que el día de Navidad. Sabemos que en 1456 el gobernador Francesc d´Erill y los jurados del Reino establecieron una procesión por todo lo alto por las calles de Ciutat, con la imagen de Nuestra Señora después de las completas de día 15. A principios del siglo XVI se menciona el lecho de la Virgen dentro de la Catedral, rodeado de cuatro cirios blancos. Once presbíteros a su alrededor representaban a los apóstoles que habían asistido al Tránsito de María. Había procesión claustral con la imagen yacente de María, encabezada por San Juan. Esta procesión se extendió por los pueblos, con lo que en vez de clérigos fueron seglares los que portaron el lecho de la Virgen. Éstos se colocaban una diadema sobre la cabeza que quería representar la aureola de los apóstoles.

Esta costumbre, prácticamente desaparecida en la isla, se ha conservado en Valldemossa, conocida como la processó de ses crestes. Esas ´crestas´ son las aureolas a las que hacíamos referencia. Al contrario de lo que ha pasado con estas procesiones, la representación del lecho de la Virgen dentro de las iglesias sí se ha mantenido. Ya sea por el empeño de los rectores o de los fieles que ayudan a ornamentar el decorado, o por el fomento que se ha hecho de estas hermosas piezas -véase por ejemplo las visitas guiadas que hace ya unos años realiza ARCA por una serie de iglesias de Mallorca-, el caso es que si nos paseamos por las iglesias de nuestra ciudad podremos contemplar varios lechos de la Mare de Déu Morta: el de la iglesia de Sant Jaume, obra de Adrià Ferran; el de Santa Eulalia; el de la iglesia del convento de la Concepción... y sobre todo el de la Catedral, que destaca por su monumentalidad, por su puesta en escena barroca -con los cuatro ángeles custodios- y por la maravillosa Virgen del siglo XV, seguramente modelo de muchas otras que ahora están repartidas por toda la isla. Este mismo día es costumbre antiquísima la bendición de plantas olorosas. Así nos lo recordaba Llorenç Riber en su poema L´aufabaguera: «Es la mort qui ja t´espia.../ Torna, torna al test angost!/Com una flor qui es mustia, /moridora està Maria.../ i en son llit t´abrigaria la Mare de Déu d´Agost».