Todo apunta a que los decibelios producidos por el ‘Atiarfoc’, muchos más de los recomendados, pudieron ser los causantes
MARIANA DÍAZDos cristales de color rojo del rosetón principal de la Seu, de su parte central, se desprendieron anteayer por la mañana cayendo, desde una altura de 40 metros, sobre las escaleras de mármol del altar mayor. Los cristales se hicieron añicos y al impactar sobre el suelo produjeron «un ruido enorme». En el Cabildo reinaba ayer la consternación y se aseguró a Ultima Hora que el Capítulo «no volverá a permitir que se haga nada parecido a lo de las fiestas de Sant Sebastián junto a la Seu, que se olviden», en referencia al espectáculo piromusical con el que finalizó el Atiarfoc. El accidente ocurrió en horario de visita turística.
Junto con los cristales también se desprendieron trozos del mortero de cemento que los sujeta a la piedra de Santanyí. Aunque los cristales cayeron anteayer, hacía unos días que las empleadas de la limpieza del templo iban encontrando pequeños pedazos de cemento en la zona del altar. No se sabía de donde procedían, pero tras el accidente se ataron cabos.
Tanto desde el Cabildo como por parte de Bartolomé Bennassar, aparejador diocesano, no se quiere asegurar con rotundidad que lo que ha sucedido sea debido al Atiarfoc hasta que el técnico suba al rosetón para analizar la situación sobre el terreno. No obstante, Bennassar recuerda que, durante su celebración, el pasado 20 de enero, «los cristales del rosetón vibraron y los de la Patrulla Verda del Ajuntament lo saben porque estaban allí conmigo».