diariodemallorca.es 14-2-2008
CARLOS GARRIDO En pocos días hemos tenido la posibilidad de ver tres películas clásicas rodadas en Palma. "Muchachas en vacaciones" (J. M. Elorrieta, 1959), "Bahía de Palma" (Juan Bosch, 1963) y "El verdugo" (L.G. Berlanga, 1963) darían de sí para un interesante debate sobre la Palma de los 60 y la actual. Hay tantos detalles, tantas sugerencias detrás de la cámara, que es una pena que siempre se las trate desde otros puntos de vista. Porque Palma tiene un importante papel en ellas.
Es curioso que tanto en "Bahía de Palma" como en "El verdugo" aparezca un escenario hoy casi desconocido para los palmesanos. Me refiero al pequeño grupo de casas encaramadas sobre Can Barbarà, sobre lo que fue la antigua finca del Terreno, y accesibles desde el Carrer de sa Portassa.
Cuando desciendes por ese callejón ves la entrada a ese mirador privilegiado sobre la bahía. Una terraza compartida por tres viviendas, la primera de las cuales por cierto está en venta. La segunda fue la famosa Pensión Broseta de Berlanga, donde la familia del verdugo pasaba sus cortas vacaciones. También allí, en la otra cinta, Arturo Fernández y Cassen tenían su "pisito" de solteros.
Es un rincón olvidado y en un estado no muy envidiable. Bajando por la calle se contemplan los cambiaderos del antiguo hotel Sa Portassa, hoy en completa ruina. Lo mismo que los viejos escars o cuevas marinas, una de las cuales sirvió de refugio antiaéreo en la guerra civil según me cuenta Tomeu Bestard, que vivió muchos años en la zona.
Lo primero que sorprende cuando ves las películas es que la gente se bañaba allí mismo, en Can Barbarà. Algo que sólo los muy intoxicados por el botellón pueden repetir en nuestros días. Todo tenía un aire coqueto y mediterráneo que se han ido masificando. Y todavía tenemos suerte de que en los 70 no se llevara a cabo el proyecto de dragar la ensenada para edificarla, tal como se proyectó.
Aquí estuvo la casa estudio del pintor Xam, y la vista a pesar del crecimiento del puerto y los edificios, sigue siendo idílica, armónica. Cinematográfica. Tenemos que ver películas de los 60 para descubrir lo que todavía tenemos pero ignoramos.