07 de febrer 2008

Abraham Barchilón, vicepresidente de la comunidad judía: ´Hay un antídoto para todos los males, la cultura´

diariodemallorca.es 3-2-2008

Sobre el Holocausto, Barchilón afirma que "no se trata de recordar por recordar, sino recordar por prevenir"

Abraham Barchilón, en la sinagoga que la comunidad tiene en Palma. Foto: M. Massutí.
M. TERRASA. PALMA. Abraham Barchilón ejerce como la voz de la comunidad judía de Balears. El pasado lunes participó en un acto en el Parlament para conmemorar el Holocausto. Es de los que están convencidos de que la historia debe estar presente para no volver a vivir tragedias del pasado.
-Perdonar, pero no olvidar...
-Esa es la máxima que empleamos antes incluso de que se acordase el 27 de enero como conmemoración del Holocausto, es la guía del pueblo judío. No se puede juzgar a toda una nación como la alemana de lo que hizo un régimen concreto, es una cuestión achacable al nazismo, no a Alemania en su conjunto. Evidentemente hace falta perdonar porque ni los actuales tienen culpa ni responsabilidad de lo que pasó en aquella época, pero hace falta estar alerta siempre. Por eso decimos no olvidar, porque no olvidando trasmitiremos a las nuevas generaciones ese anhelo de que no puede haber diferencias entre personas por razón de credo, raza o religión.
-¿Cómo vivieron la II Guerra Mundial los judíos de Mallorca?
-Balears tuvo su propia persecución, pero realmente la represión nazi fue en Centroeuropa, y afortunadamente de los Pirineos hacia abajo no se sufrió ese ensañamiento, esa furia con la que se embistió al pueblo judío, principalmente, y otras minorías étnicas.
-En aquella época se encargó desde Alemania la elaboración de un censo de judíos en Mallorca...
-Cuando el régimen nazi creyó que tenía consolidado el terror en la Europa central, quiso extender sus tentáculos y encargar unos censos para posibles deportaciones. Gracias a Dios, esos censos no llegaron a hacerse o fueron muy imprecisos, se precipitó la caída del régimen nazi y no tuvo un efecto práctico, no llegaron a haber deportaciones.
-En el caso de la ley de memoria histórica en España, hay partidarios de eliminar todo símbolo franquista y otros prefieren no remover el pasado.
-Son dos cuestiones completamente diferentes. En relación a la memoria histórica, estamos hablando de una época trágica, pero en la que había diferentes ideologías, era una guerra, una batalla, un enfrentamiento entre posiciones, mientras en la época nazi, no, eran ciudadanos que residían en Alemania, en Polonia, en Hungría tranquilamente, que fueron cogidos de su lugares de residencia, trasladados a campos de concentración y exterminados sin tener en cuenta si eran de derechas, de izquierdas, de centro, si eran obreros, ricos o pobres.
-Se lo decía porque hay gente que prefiere no recordar episodios trágicos y seguir adelante.
-Una cosa es que en una nación las divergencias internas no sean motivo de refriega constante en la sociedad y que esos símbolos haga falta eliminarlos, aunque toda nación debe asumir su historia, buena o mala, y tenemos que tenerla ahí para saber cuál es el referente. En el Holocausto, sobrevivió muy poca gente y de los que sobrevivieron, por edad, hoy van desapareciendo y la juventud debe saber que el bienestar social, la democracia, la convivencia... no existen per se, sino que hace falta cuidarlas y mimarlas. No se trata de recordar por recordar, sino recordar por prevenir.
-Antes ha mencionado que el Holocausto no ha sido la única persecución que ha sufrido el pueblo judío, y menos aquí, en Balears.
-En el año 498, en Menorca, el obispo Severo ya obligó a convertirse, o morían, a 450 familias. Y la famosa y triste célebre persecución en Mallorca, en la época en que se quemaban a los judíos, incluso en la plaza Gomila. Son historias tristes, que hace falta tenerlas siempre presentes, pero lo mismo hace falta ver el futuro. Es lo que estamos ahora trazando, lo que intentamos con los actos como el que hemos hecho en el Parlament y que este año se ha hecho por primera vez en el Consell de Menorca.
-Durante mucho tiempo, ser xueta o judío en Mallorca estaba mal visto. Eso parece superado.
-La cultura en las sociedades es elemental. Esos residuos de aquella época podemos decir, afortunadamente, que están eliminados, que no quiere decir que el racismo o la xenofobia hayan desaparecido, porque están surgiendo muchos grupos neonazis y hay mucha actividad disfrazada que realmente es peligrosa. Hace poco, en Madrid y en Barcelona, vinieron dos conferenciantes nazis declarados. Por eso hace falta hacer un llamamiento a la conselleria de Educación, para que estén atentos, que la educación, la cultura, la tolerancia tienen que ser enseñados desde pequeños, porque cuando un árbol ha crecido torcido, ponerlo derecho es muy difícil. Hay un antídoto para todos los males que es la cultura.
-¿Cuántas personas forman la comunidad judía ahora?
-Por antecedentes, para lo que valieron los censos en la época nazi... no hacemos censos. Pero por nuestras actividades y la gente que acude a nuestras fiestas, en Mallorca pueden ser unos mil, en Eivissa unos doscientos y cien en Menorca.
-¿Al igual que la religión católica, la judía tiene también escasez de vocaciones?
-La religión judía también una forma de vida, un sentimiento. No cabe duda que, como todo en el mundo globalizado en el que vivimos, existe un "pasotismo" hacia todo lo que sea religioso. Otra cosa es el sentimiento. El judaísmo es una forma de ser y por mucho que uno esté alejado de la práctica religiosa, siempre, cuando hay un acontecimiento importante, recuerdan que son judíos y su fé es judía y participan en unas fiestas clave.
-Usted llegó hace diez años a Mallorca. De los mil judíos que hay en la isla, ¿cuántos descienden de los antiguos judíos mallorquines?
-Aquí la comunidad se extinguió. Después hubo una vuelta de afluencia y fueron los que generaron la nueva comunidad. Existían los xuetes, que tienen toda nuestra admiración por la defensa que hacen de sus valores, pero no son propiamente judíos.
-Así que la comunidad actual está formada por gente que vino de fuera.
-Efectivamente, hace 50 años fue cuando empezaron a volver los judíos. Al principio eran extranjeros que venían a veranear, y que, por el clima y porque los mallorquines somos gente agradable, se quedaron a vivir. El judío ha dejado de ser el tradicional comerciante. Hoy hay profesores de universidad, ingenieros, abogados, médicos...
-Comentaba que la relación con los xuetes es buena.
-Tenemos una relación muy estrecha, yo soy vicepresidente de ARCA-legado judío, que es una asociación cultural en la que hay xuetes y judíos. Tenemos una sintonía muy buena porque es una filosofía, y aunque no tengan la partida de nacimiento de judío, el sentimiento se tiene. Es un sentimiento de bondad, de compartir, de ayudar la prójimo, de no ser radicales en nada, es una forma de acoger a toda persona.
-Hablando de esa bondad, ¿qué pasa por su cabeza cuando nos llegan imágenes de los ataques de Israel contra islamistas?
-El enfoque de la prensa hay que ponerlo en cuarentena. El otro día salía en prensa internacional que de 2005 a 2007 los palestinos habían disparado contra ciudades de Israel 4.500 cohetes. Al señor que vive en su pueblo y tiene más de un cohete por casa, ¿qué le decimos? ¿Cohete artesanal, doméstico? Cuando una cosa puede matar, lo mismo da que sea de fábrica, de serie o... Es una realidad muy compleja, es una autodefensa, pero lo tienen que valorar los israelíes, que son los que viven allí, y no los que tenemos un sentimiento de afecto hacia ellos por la religión que profesamos. Podríamos juzgar cosas erróneas, aún teniendo en cuenta que como en todos los países el gobierno de turno es el que manda. Y también hay que tener en cuenta que en aquella región, con todo lo que está pasando, el único gobierno democrático que existe es el de Israel. La información que se da en España es equívoca.
-¿En qué sentido?
-Por ejemplo, leemos: tanques judíos matan a dos guerrilleros. Primero, los tanques no tienen religión. ¿Por qué no se dice dos terroristas intentaban entrar y ellos se defendieron en su legítima defensa? Y el tanque es israelí. Esta es la información. La juventud está falta de información y llega un momento que israelí, judío, tanques judíos... Tenemos que ser muy cuidadosos con la forma de exponer las cosas. Toda política es criticable, es un principio de la democracia, pero hay que ver cómo se traslada esa información porque puede crear confusión y eso puede llevar a una tragedia.
-Lo que está claro es que, tanto por una parte como por otra, es triste...
-La pérdida de una vida humana, sea cual sea su ideología... es lamentable y el mundo ideal es el mundo en paz que todos lo anhelamos. Allí hay un conflicto entre dos vecinos, pero en el Holocausto no había ese conflicto, esta es la gran diferencia. Si con esta información con términos equívocos se crea una confusión y a su vez escuchamos que desde Irán salen los revisionistas diciendo que el Holocausto no existió... Mire, las pruebas son contundentes. Hay una anécdota del general Eisenhower cuando entró en Auschwitz, cuando vio el horror, le dijo a su fotógrafo ´sacad todo lo que podáis, porque en el transcurso de la historia habrá alguien que diga que no ocurrió´.
-¿Usted se ha encontrado con alguien que en su cara lo haya negado?
-Afortunadamente, no.
-¿Queda en Mallorca patrimonio judío que sea desconocido para el ciudadano?
-El patrimonio judío balear es muy virtual, aquí fue, aquí estuvo y aquí hubo. Hay cosas que recuerdan, el trazado del call, las calles pequeñas, la calle del seminari, la del temple, y está documentado históricamente que allí vivió la comunidad judía. Si se saca una foto aérea de Palma se ve media estrella de David y la otra media es la parte nueva de la ciudad, que se derrumbó. No se sabe si fue planificado, pero es lo que se ve.