diariodemallorca.es 19-10-2008
La reciente incautación de un centenar de piezas arqueológicas evidencia que el expolio se sigue nutriendo del mar balear. El desconocimiento y descontrol de los yacimientos, deudas pendientes
Ánforas (siglo I aC.) en un yacimiento submarino localizado en aguas de Cabrera
CARLES MULET. PALMA. Los expoliadores de historia siguen pescándola en Mare Nostrum. Así lo reconfirma la reciente recuperación de un centenar de piezas, incautadas en una urbanización de Sa Torre y un domicilio palmesano. Azaroso e "interesante" hallazgo -derivado de la persecución del tráfico de drogas- la comunidad de arqueólogos y los responsables de Patrimoni de Cort y Consell se congratulan de la machada. Aunque avisan: "Comparado con lo que no sabemos", lo decomisado deviene una "manchita".
El desconocimiento real del patrimonio subacuático que custodia Balears, y la consecuente falta de vigilancia sobre el mismo, preocupan. Mucho. El problema "no viene de nuevo", recuerda Víctor Guerrero, arqueólogo y miembro del Grup de Recerca Arqueobalear de la UIB. Viene madurando, derivado de unas localizadas carencias que no menguan el tiempo. "El volumen de expolio ha sido y es importantísimo", coincide la comunidad. Y existen razones -como el obvio escaparate de terracotas y metales que es Ebay- para pensar que es "creciente".
Operaciones de la Policía como la última Avalancha, ni tan siquiera un acción específica, son contadas excepciones. Denuncias realizadas en la Fiscalía ante sospechas de malas prácticas patrimoniales no traspasan los despachos. "Sólo se interviene donde ya se ha producido el expolio. O donde es muy obvio", lamenta Helena Inglada, anterior directora general de Patrimoni de Cort, ahora arqueóloga al servicio del Consell. Consecuencia, el "gran drama": "Hemos perdido mucha información" sobre nuestro pasado.
Sin control, sin estrategias
"No existe un control sobre los yacimientos", confirma y deplora Ferran Tarongí, nuevo responsable patrimonial del consistorio palmesano. Al menos derivado de una "estrategia de colaboración" entre las distintas administraciones, suma Inglada. "El patrimonio no es sólo una responsabilidad de Patrimoni", recuerda ella. "Nosotros hemos de poner los sistemas para su conocimiento, su estudio y su inventariado. Pero no somos policías", argumenta. "El control del patrimonio, algo muy complicado, pasa también por la participación de los estamentos judiciales y policiales; donde faltan más dotaciones de inspectores y personal técnico".
"Se necesitan más recursos humanos y económicos destinados al patrimonio arqueológico". Opinión y reclama unánime, queda así resumida en el manifiesto firmado por la Sección de Arqueología del Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Balears (CDL). "Este punto ya se puso en evidencia en 2005 sin que se haya visto ninguna mejora en este aspecto", recuerda y denuncia el texto, redactado por el colectivo que preside Francesca Torres Orell tras las III Jornadas Arqueológicas celebradas en Maó el 3 y 4 de octubre.
La carta, el primer paso
Balears y Canarias son las únicas comunidades autónomas con perímetro marítimo que no cuentan con una carta patrimonial subacuática; el necesario pilar que ordena la historia existente debajo del mar y facilita su control. "Permitiría tener el máximo número de yacimientos controlados, al menos ubicados", corrobora Biel Cerdà, director insular de Patrimoni. "Además, desde el punto de vista técnico es una herramienta estupenda, pues nos conferiría más seguridad a la hora de poder exigir actuaciones en cuestiones de obra portuaria".
A finales de año el ayuntamiento palmesano contará con las bases para iniciar la elaboración de su carta municipal, un informe puesto en marcha por el departamento de Ferran Tarongí. En este paso previo se recogerán los procesos de diseño del documento, su presupuesto y los pasos a seguir para acometer su elaboración. "Es una primera herramienta muy importante", asevera el director. "Con ella se podrán comenzar aplicar nuevos sistemas de control sobre los yacimientos".
Proyecto piloto, podría servir de referente para que el Consell se haga una idea de lo que costaría ´cartear´ toda la isla. En este sentido, Cerdà confirma que desde el gobierno insular están "expectantes" y "en principio contentos" ante la dotación presupuestaria que el Ministerio de Cultura parece dispuesta a aportar; todavía no concretado ni el cuánto ni el cuándo. Concebida como una "herramienta interna", su redacción "debería implicar un Plan de Protección", adelanta, articulado sobre "mecanismos modernos" de control; como los que ya funcionan en Catalunya, Cádiz o Cartagena.
Ciudadanos sensibilizados contra el ´goloso´ expolio
Víctor Guerrero se refiere al "mal llamado" patrimonio histórico submarino como "patrimonio social". Como bienes pertenecientes a los oriundos, los primeros a los que se debe "sensibilizar" sobre su importancia y la necesidad de su conservación. "El expolio es muy goloso, el que encuentra un barco puede tener la vida solucionada", sintetiza Tarongí, persuadido de que "hay que dar participación a la ciudadanía" en las estrategias de denuncia y control. "La gente que trabaja el mar es la que mejor lo conoce. Y muchos poseen información que no transmiten porque no existen los canales adecuados". En la misma línea se expresa Helena Inglada, convencida de lo beneficioso de "crear buenas relaciones" con los pescadores y clubes de buceo. También Biel Cerdà, que convida a todo el que tenga indicios sobre probables casos de expolio a que se ponga en contacto con su departamento. Por su parte, desde la Sección de Arqueología del CDL apuntan hacia el "sistema educativo" como fuente de futura conciencia. Y se demanda "compromiso" y "programas de divulgación" a la administración.
En este sentido, uno de los valores añadidos del futuro Museu Marítim es su gran potencial como surtidor de conocimiento, una necesaria condición para estimular el compromiso social con el patrimonio.
19 d’octubre 2008
Un patrimonio sumergido y desprotegido
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