diariodemallorca.es 12-6-2008
CARLOS GARCÍA-DELGADO .Escribo este artículo saliendo al paso de recientes noticias aparecidas en prensa sobre "dos macroproyectos" en el barrio de Es Jonquet. Soy el arquitecto de uno de los "macroproyectos", situado en la zona del rentador (Unitat d´Execució 8.1.1). El "macroproyecto" consiste en doce viviendas y un aparcamiento subterráneo. A la vista de las opiniones que se están difundiendo, creo que algunas personas están hablando de este proyecto sin conocer algunos detalles que, a mi entender, son relevantes. Hablaré solo de este proyecto, no del otro, cuyos pormenores desconozco.
El PERI de Es Jonquet, aprobado en 1985, no ha hecho posible la ejecución de este espacio urbano (U.E. 8.1.1) durante 23 años. Las razones son elementales: los propietarios del terreno, cuya escritura se remontaba a 1905, debían ceder al ayuntamiento más de 3000 m2 de zona verde en primera línea del paseo marítimo (urbanizada y ejecutada) a cambio del derecho a construir el equivalente a doce viviendas de tipo medio (122 m2 útiles por vivienda). Además, habían ya cedido a la ciudad, años antes, una buena parte de su solar para la construcción del Paseo Marítimo. En 1973 emigraron de la isla después del derrumbe de su vivienda y su molino, situados al borde del talud. Las cargas de esta Unitat d´Execució superan en mucho a cualquier carga razonable, y el resultado ha sido el estado de abandono de esta zona durante décadas, convertida en vertedero del barrio. Cuando por fin un promotor mallorquín decidió tirar adelante con la unidad de ejecución, la única compensación que obtuvo del ayuntamiento fue el derecho a construir cuarenta plazas de aparcamiento bajo una parte de la zona verde a ejecutar. Esto exigía una modificación puntual del PGOU.
Para llevar adelante el "macroproyecto" de 12 viviendas se modificó también el contorno edificable que señalaba el PERI, pero no se varió ni la ubicación ni la edificabilidad, de modo que la superficie edificada era la misma que preveía el PERI, y los dos espacios libres resultantes, que se situaban por delante y por detrás de la edificación, tal como preveía el PERI, tampoco variaron su superficie.La arquitectura del proyecto no gusta a algunas personas -alguna de ellas redactó en su día el PERI- porque "no mantiene las tipologías del Jonquet". Hay que decir dos cosas: primera, que desde el propio ayuntamiento se nos obligó a utilizar una ordenanza del PGOU (N3) porque, al tratarse de un "Area de Planeamiento Integrada" no había otra opción. Se eligió la N3 por ser la que más se asemejaba a las previstas en el Jonquet (Planta baja más dos plantas y ordenanzas estéticas de Centro Histórico: cubierta de teja árabe, persianas mallorquinas, tamaño y composición de huecos regulados, etc. Así se hizo).
Y la segunda cosa que hay que decir es esta: el criterio de "reproducir en la nueva edificación las tipologías antiguas" es un criterio conservacionista que surgió a comienzos de los años 70 del siglo pasado como una alternativa a la arquitectura de mercado, que en nada respetaba el entorno de los Centros Históricos. Aparecieron entonces innumerables ordenanzas voluntaristas que han propiciado la proliferación de arquitecturas folcloristas, intentando imitar lo vernáculo, de dudosa calidad arquitectónica. La moda se extendió, incluso, a las áreas rurales, y en Mallorca ha dado pie a la proliferación de arquitecturas pastiche que se han esparcido por la isla. Pero desde comienzos de los años 80 los especialistas entendieron que la nueva arquitectura debía integrarse en los centros históricos, y en el paisaje, utilizando otros criterios, capaces de respetar la lectura de lo existente pero huyendo de la repetición mimética de unos tipos que tuvieron sentido en otra época (y que, por otra parte, en el caso del Jonquet, en absoluto son como el PERI trata de definir). El barrio de Es Jonquet, por otra parte, tiene una corta historia (la gran mayoría de sus casas no supera los cien años) y, a mi entender, no contiene una arquitectura popular con mayor significación ni con características tipológicas definidas, como podría ocurrir en algunas zonas del centro histórico.
Entiendo que a alguien pueda no gustarle el proyecto de las doce viviendas, o porque no mantiene las tipologías a las que el PERI obliga (quisiera saber cuantas de las casas del barrio lo hacen) o sencillamente porque crea que es mejorable desde un punto de vista arquitectónico; nada que oponer a eso. Pero el proyecto se ha redactado manteniendo la implantación prevista en el PERI, cumpliendo las ordenanzas del Plan General, y teniendo en cuenta los condicionantes que nos han parecido más determinantes en un enclave urbano como este. Se ha estudiado su volumetría desde diferentes visuales del entorno (Paseo Sagrera, Paseo Marítimo, Baluart de st. Pere, etc. -cosa que el PERI no contemplaba o, al menos, no se reflejaba en su documentación). Estas variables entiendo que deben condicionar la arquitectura en este enclave, más que una repetición mimética de unas supuestas tipologías de dudosa vigencia. Pero nadie de los que ahora protestan se ha molestado en pedir información sobre este estudio de visuales, o del sentido que tiene construir en este sitio cuatro volúmenes de marés y madera, aunque sí fue expuesto en su día en la Comisión de Centro Histórico del Ayuntamiento y en la Comisión de Patrimonio del Consell Insular y obtuvo su aprobación. Esto, en mi opinión, alimenta la sospecha de que no interesa ninguna explicación razonable; se trata de "la defensa del instalado", que prefiere negar todo derecho a los que aspiran a completar el barrio.La protesta de los instalados. Han sido más de siete años de trabajo superando sucesivos cambios del proyecto, filtros de aprobaciones, exposición en comisiones, informaciones públicas, siguiendo siempre la más estricta legalidad. Un largo proceso que ha llevado a los propietarios al borde de abandonar la idea de resolver este trozo de ciudad por el simple beneficio de edificar doce viviendas. Algunos instalados en el barrio (una señora no cesaba de repetir a gritos que a ella le quitaban las vistas, como si no supiera que el solar que tenía delante era edificable) no toleran que se construyan doce viviendas y se cedan varios miles de suelo de Espacio Público, terminado, al barrio.En esta situación, la indefensión y la perplejidad en la que se encuentran los propietarios del solar, después de largos años de esfuerzo, es absoluta. Entiendo que la democracia tiene sus cauces, nos guste o no, y deben respetarse por encima de todo. Mientras tanto, nuestros dirigentes parece que se avienen a plegarse a esas protestas. En cierto momento, el ayuntamiento peatonalizó y volvió a abrir al tráfico la calle lateral del Born en sucesivos episodios, en función de si los que protestaban eran o los comerciantes o los residentes? de esa acera. Ellos eran los que decidían.La incoación de BIC para el barrio del Jonquet pone de manifiesto un uso perverso de este instrumento, que debería reservarse para mejores causas (lo que se pretende es detener un "macroproyecto" de doce viviendas por razones que se me escapan y que nadie se ha atrevido a discutir a la cara, aunque se de qué personas se trata). ¿Por qué, por ejemplo, nadie inició esa declaración de BIC ante la vergonzante destrucción de un barrio entero, ese sí cargado de tipologías históricas y de un trazado de calles milenario como era la Gerrería? ¿Por qué no se inició esa declaración cuando se destruyó la magnífica fachada del barrio de Santa Catalina que daba frente a La Faxina? Y ¿Por qué no se declara BIC el barrio entero de Santa Catalina, de mucho mayor interés urbanístico y arquitectónico? Preguntas, todas ellas, que tienen respuesta. Un edificio en planta baja más dos plantas para doce viviendas, construido en piedra de marés y con persianas mallorquinas de madera requiere, al parecer, una mayor atención.
Carlos García-Delgado Segués es arquitecto.