La estructura de 40 metros permitirá acceder al rosetón mayor para detectar los daños y elaborar un estudio
Operarios montaban ayer el andamiaje dentro de la Seu. Foto: A. Sastre.
M. ELENA VALLÉS. PALMA. Cinco operarios llevan desde el pasado lunes trabajando en la colocación de un andamio en el interior de la Catedral que permitirá reparar el rosetón que sufrió un desprendimiento de varios de sus cristales el pasado 14 de febrero.
M. ELENA VALLÉS. PALMA. Cinco operarios llevan desde el pasado lunes trabajando en la colocación de un andamio en el interior de la Catedral que permitirá reparar el rosetón que sufrió un desprendimiento de varios de sus cristales el pasado 14 de febrero.
El aparejador diocesano, Sebastià Bennàssar, explicó ayer a este diario que calcula que en aproximadamente tres semanas quede ya instalado el andamio en forma de puente, y de cuarenta metros de altura, a partir del cual se elaborará el proyecto de reforma de todo el rosetón.
La piedra de mortero de los nervios que soportan el peso de los vitrales está muy deteriorada y algunos pedazos se han desprendido y han caído en las mallas de protección que penden por encima del altar mayor. Por ello, deberá contemplarse también su reforma.A finales de marzo ya se repusieron los cristales agujereados por otros nuevos desde el andamio colocado en los exteriores de la Catedral. Bennàssar explicó que era lo primero que debía hacerse para evitar que entrara agua, nieve, suciedad o algún pájaro en el interior de la nave.Los vidrios que se colocaron se encargaron a la cristalería Fiol, quien a su vez los encomendó a una fábrica alemana que los manufactura artesanalmente. Los cristales son unos tres milímetros más gruesos que los originales, por lo que se encarece su coste pero también su resistencia.