diariodemallorca.es 28-9-2007
JOAN RIERA Comenzar el paseo por d´Alt Murada. Caminar por la muralla renacentista con el mar a estribor y la catedral, la Almudaina o el casal del Marqués de la Torre a babor. Seguir por la plaza Llorenç Villalonga y sentarse en los bancos de Elies Torres bajo los ombús. Subir por la calle de la Porta del Mar hasta la plaza de Sant Jeroni para sentirse en uno de los lugares más acogedores de la ciudad. A través de la estrecha calle Seminari descubrir la barroquísima fachada de la iglesia de Monti-Sion...
He conocido los cascos antiguos de varias decenas de ciudades españolas o del mundo y, pese a ello, cuando con frecuencia recorro el de Palma, pienso que me encuentro ante el mejor. Capaz de competir con aquellos que, como Cáceres o Toledo, son Patrimonio de la Humanidad....
Desde Monti-Sion, callejear por Criança a Sol hasta la plaza del Pes de sa Palla, donde se puede brindar por una restauración pronta y acertada de las torres de la almudaina de Gumara. Sant Bonaventura y Posada de Lluc llevan a la plaza Quadrado, un ágora a la antigua, árboles y bancos, las cerámicas de Can Barceló, el ábside de la iglesia de Sant Francesc...
El casco histórico rezuma vitalidad rehabilitadora. Los grandes casals de la nobleza se adaptan a los nuevos tiempos y se convierten en hábitats de lujo. Los edificios humildes son rehechos de arriba a abajo y se transforman en viviendas para clases acomodadas. Recuperar los edificios antiguos adecenta un barrio con un milenio de historia y permite vivir en una ambiente reposado que, gracias a las limitaciones que tiene el coche, nos transmite una sombra de lo que fue la isla de la calma....
Por Can Savellà llegar hasta la iglesia de Santa Eulàlia, que sería una digna catedral de Mallorca si no tuviéramos la Seu. Morey, Portella... y otra vez el mar. En el camino habremos descubierto casals como el de Can Pinopar, o el de Can Olesa, o el del Marquès del Palmer y detalles de trabajo bien hecho en cada esquina, y elementos modernistas, y restos de historias finiquitadas, y desconchones que necesitan una mano de pintura.Y dejamos rutas sin cubrir, y monumentos por descubrir. Y en cada calle hay un motivo para enamorarse. Y quien no se enamora de la Palma antigua es porque no tiene sentimientos.