Las obras, que han supuesto una inversión de 280.000 euros, coincidió con la despedida del párroco Miquel Mascaró
Imagen del campanario ya reformado.
BIEL GOMILA. MONTUÏRI. La bendición de las obras de la rehabilitación del campanario y tejado del templo parroquial y la despedida de Miquel Mascaró -tras siete años como párroco de Montuïri- marcaron una emotiva jornada que tuvo lugar el pasado domingo, 23 de septiembre, en la iglesia de Sant Bartomeu.El presupuesto de la reforma ha alcanzado 280.000 euros y ha sido subvencionado en un 60 por ciento por el Govern de les Illes Balears. El restante 40 por ciento y los 40.000 euros extra que se han sumado al coste inicial han sido sufragados por la Parroquia a base de recolectas, rifas, una tómbola, cenas solidarias y otras aportaciones. El vicario episcopal, que bendijo simbólicamente las obras, procedió junto al rector Mascaró, al maestro de obras Mateu Cerdà y al aparejador Bartomeu Bennàssar, al descubrimiento de una placa conmemorativa.Entre los asistentes que llenaban por completo el templo, ocuparon lugar preferente los miembros del Consistorio y la Directora General de Administración Educativa, Maria Gener, quien representó a la consellera d´Educació y Cultura. Entre el público se encontraba como invitado, el anterior conseller de Educació, Francesc Fiol."Cuando vine a Montuïri era sacerdote y vosotros me habéis enseñado a ser rector; era misionero y me habéis misionado; era festivo y vosotros me habéis enseñado a amar y valorar la fiesta; era político y me habéis enseñado que más allá de las ideas políticas existe una persona que siente y que vive; era admirador de las danzas y del folklore y vosotros me habéis enseñado a querer y bailar al son de nuestros Cossiers", expresó Miquel Mascaró en su despedida a los feligreses, después de agradecer a "todo el mundo las atenciones y colaboraciones recibidas". Sus últimas palabras se refirieron a su nuevo destino, como párroco de San Bernat de la Real: "Voy a la Real no porque yo lo haya elegido, sino por obediencia. Se trata de un lugar complicado que ha salido continuamente en la prensa; un lugar difícil con un tema no acabado y de momento complicado. Soy integrador y adoptaré esta postura, aunque debo reconocer que voy allí con temor. Intentaré "acompañar" a una nueva comunidad como lo he hecho en Montuïri durante estos siete años". Los actos habían comenzado con la misa concelebrada y presidida por el vicario episcopal, responsable de economía, Joan Servera y el hasta este día rector de la comunidad católica local, Miquel Mascaró. En el transcurso de la misma, intervinieron los jóvenes del proceso de confirmación, representantes de la Coral Mont-lliri y del Consell Parroquial, el alcalde de la localidad Biel Mates e incluso y a petición de Mascaró, un representante de la oposición municipal. Hubo también glosas de despedida y la entrega de obsequios y de la figura del cossier, símbolo de Montuïri.En su alocuciones, los jóvenes se refirieron a "la disponibilidad del rector hacia nosotros"; Guillem Morlà, del Consell Parroquial, a "la amistad sin condiciones y a la dedicación especial hacia las personas desfavorecidas". A lo largo de estos años nos ha demostrado que la persona en sí está por encima de las diferencias culturales, de creencias y de razas", añadió.