Los trabajos en la cubierta del edificio podrían empezar a finales de mes si el Consell aprueba el martes que viene el proyecto modificado
Rabassa, Ramis, Alzamora y Galmés subieron por los andamios para examinar el estado de la restauración de Sa Llonja. Foto: B. Ramon
M. ELENA VALLÉS. PALMA. Sólo falta un año para que Sa Llonja se reincorpore a los espacios expositivos y de actos institucionales de Palma. "Efectivamente, el próximo verano estaremos inaugurando el reformado edificio de Sagrera", constató ayer la consellera de Cultura, Bàrbara Galmés.
Lo que también se confirmó fue que la comisión de seguimiento de las obras había aprobado el proyecto que propone sustituir la actual cubierta inclinada de Sa Llonja por otra totalmente plana. Los técnicos de Patrimonio del Consell tienen en sus manos desde esta mañana el informe que despliega la intervención, que supone una modificación a la propuesta diseñada en 2000 por la arquitecta Gloria Alcázar. El proyecto, tal y como anunció el director insular de Patrimonio, Biel Cerdà, "podría ser aprobado en la próxima ponencia técnica de la institución", que es quien ostenta las competencias en patrimonio.
Si esta modificación consiguiera luz verde tanto en la ponencia como luego en la comisión política, los trabajos en la cubierta podrían comenzar a finales de mes, señala el arquitecto encargado de las obras, Pere Rabassa. Unas intervenciones, como ya explicó él mismo la pasada primavera cuando arrancó la reforma, que van dirigidas a recuperar la cubierta plana original que diseñó Guillem Sagrera en el siglo XV. Cabe recordar que Alcázar había proyectado para Sa Llonja una cubierta a dos aguas de madera acabada en cobre, "demasiado pesada para los muros del edificio", precisó la concejal de Cultura, Bàrbara Galmés.
Amén de esta decisión, la comisión de seguimiento de las obras, que ascienden a un total de 2,4 millones de euros, estudiará la propuesta municipal de la concejal de Urbanismo, Yolanda Garbí, de reordenar urbanísticamente los alrededores del edificio gótico, cuestión que deberá consensuarse entre las diferentes partes que entran en juego: vecinos, la conselleria de Presidencia, Emaya y el área de Parques y Jardines de Cort. La nueva implantación urbana que se estudia del edificio forma parte de los planes del ayuntamiento de reorganizar los elementos de la fachada marítima de Palma.
Todos estos acuerdos se tomaron ayer después de que Galmés visitara las obras, completadas al 50%, y se interesara tanto por su estado de ejecución como por las técnicas empleadas. Le acompañaron el presidente de Sa Nostra, Fernando Alzamora, y el director de la Obra Social, Andreu Ramis. La entidad bancaria pagó la lona que cubre y reproduce la fachada del edificio.
Lo que también se confirmó fue que la comisión de seguimiento de las obras había aprobado el proyecto que propone sustituir la actual cubierta inclinada de Sa Llonja por otra totalmente plana. Los técnicos de Patrimonio del Consell tienen en sus manos desde esta mañana el informe que despliega la intervención, que supone una modificación a la propuesta diseñada en 2000 por la arquitecta Gloria Alcázar. El proyecto, tal y como anunció el director insular de Patrimonio, Biel Cerdà, "podría ser aprobado en la próxima ponencia técnica de la institución", que es quien ostenta las competencias en patrimonio.
Si esta modificación consiguiera luz verde tanto en la ponencia como luego en la comisión política, los trabajos en la cubierta podrían comenzar a finales de mes, señala el arquitecto encargado de las obras, Pere Rabassa. Unas intervenciones, como ya explicó él mismo la pasada primavera cuando arrancó la reforma, que van dirigidas a recuperar la cubierta plana original que diseñó Guillem Sagrera en el siglo XV. Cabe recordar que Alcázar había proyectado para Sa Llonja una cubierta a dos aguas de madera acabada en cobre, "demasiado pesada para los muros del edificio", precisó la concejal de Cultura, Bàrbara Galmés.
Amén de esta decisión, la comisión de seguimiento de las obras, que ascienden a un total de 2,4 millones de euros, estudiará la propuesta municipal de la concejal de Urbanismo, Yolanda Garbí, de reordenar urbanísticamente los alrededores del edificio gótico, cuestión que deberá consensuarse entre las diferentes partes que entran en juego: vecinos, la conselleria de Presidencia, Emaya y el área de Parques y Jardines de Cort. La nueva implantación urbana que se estudia del edificio forma parte de los planes del ayuntamiento de reorganizar los elementos de la fachada marítima de Palma.
Todos estos acuerdos se tomaron ayer después de que Galmés visitara las obras, completadas al 50%, y se interesara tanto por su estado de ejecución como por las técnicas empleadas. Le acompañaron el presidente de Sa Nostra, Fernando Alzamora, y el director de la Obra Social, Andreu Ramis. La entidad bancaria pagó la lona que cubre y reproduce la fachada del edificio.