26 de juliol 2009

Bellver, una fortaleza subterránea de 50.000 m2

elmundo.es Baleares 26-7-2009

Bajo el castillo hay un laberinto de cuevas y túneles
Sirvieron de refugio durante más de 600 años
El Ejército lo utilizó como almacén de armas y explosivos durante la guerra


El cónsul inglés en Palma, Allan Hillgarth, envió un informe secreto a su gobierno el 29 de junio de 1937 en el que anunciaba lo siguiente:«Se está construyendo un gran almacén subterráneo bajo el Castillo de Bellver. Relevos de más de cien hombres trabajan constantemente». Soldados y presos republicanos abrieron un espacio en las entrañas de la montaña de casi 50.000 metros cuadrados para guardar cientos de camiones cargados de armas, gasolina y dinamita. No obstante, la historia de esta fortaleza subterránea comenzó con la construcción del propio castillo, en el siglo XIV.
Actualmente, el Ayuntamiento de Palma lo utiliza como atracción turística sólo un día al año:el 20 de enero, fiesta de San Sebastián. Cada año unos 3.000 palmesanos admiran sus centenarias inscripciones, desde una en carboncillo hecha en 1461 a las más recientes dedicadas al «glorioso caudillo».
Su entrada está escondida en el bosque. Para llegar hay que subir hasta el castillo y seguir el letrero que reza «secció montada». Al final del camino se guardan los doce caballos de la policía local de Palma. Un poco más arriba hay una pequeña casa en la que pasa el día Martí Company, vigilante y maestro de llaves. «Sobre estas cuevas no hay nada escrito. Ahora saldrá un libro de Pere Galiana que revelará su verdadera historia», afirma.
Existe la leyenda de que hay un túnel que conecta el castillo con el centro de Palma. Martí lo desconoce pero deja una puerta abierta al misterio: «En las últimas reformas del castillo se ha descubierto un túnel, pero está en muy mal estado. Nadie sabe dónde acaba. Yo he recorrido 25 metros a gatas».
El rey de Mallorca, Jaime II, mandó extraer de estas cuevas la piedra con la que levantó el castillo. En los archivos del mismo aparece una referencia a las cuevas en uno de los libros de cuentas. En él se destina una partida de dinero a comprar aceite para las lámparas de los trabajadores que se dedicaban a excavar sus entrañas. Las manchas de aceite se conservan todavía hoy en el techo. Sin embargo, en los primeros metros de cueva no se ve ninguna mancha y además hay excavado un pozo. Ello lleva a pensar que las cuevas fueron utilizadas antiguamente por piratas o por la población de Palma para refugiarse de ataques marítimos.
El ilustrado Melchor Gaspar de Jovellanos también visitó las cuevas mientras estuvo preso en el castillo de 1801 a 1808. Para él eran un lugar «lúgubre y apestoso», lo que refrenda la tesis de que debía de vivir gente allí. 300 metros de túnel
Se trata del lugar más fresco de Palma en verano ya que su interior se mantiene todo el año a 18 grados. En la parte más profunda el frío es más intenso por la corriente de aire de la salida. Ésta se construyó mediante un túnel de 300 metros que se acabó en 1941. Martí Company prefiere no recorrerlo de nuevo: «No voy que cojo un constipado». En pleno mes de julio, el aire es muy frío y el suelo está embarrado. Al final se descubre una pequeña reja que impide el regreso al bosque.
En las excavaciones que realizaron los militares durante la Guerra Civil se hizo un descubrimiento asombroso. Al picar una pared dieron con una nueva cueva con inscripciones en castellano antiguo. No se puede entender lo que dicen sin la ayuda de un especialista pero se adivina una fecha:1461. Es la más antigua que se conserva. Unos metros más allá aparecen dos fechas más: 1863 y 1878. El acceso a esta cueva es muy dificultoso porque la entrada es un pequeño agujero y en 1985 más de 2.000 metros cuadrados de su techo se vinieron abajo, la mayor parte junto al lugar donde se encuentran estas inscripciones.