diariodemallorca.es 16-10-2009
Una treintena de personas recorrió ayer la Ciutat alta para conocer los principales casales en una visita guiada que puede realizarse de lunes a sábado
G. RODAS. PALMA. ¿Qué función tenían los ganchos que cuelgan de los arcos de Can Bordils?, ¿de qué estilos son los balcones de Cal Poeta Colom?, ¿a quién perteneció el edificio de Cal Comte de la Cova antes de convertirse en Escola de Turisme? Estas y otras muchas preguntas encontraron ayer respuesta durante la primera Ruta dels Patis de Palma. Arquitectura y Vivencia de este otoño.
Una treintena de personas se apuntó a esta propuesta impulsada por la conselleria de Turisme a través de la Fundació pel Desenvolupament Sostenible de Balears, con la colaboración de DIARIO de MALLORCA. Las visitas se realizan de lunes a sábado, en alemán, inglés, francés, italiano castellano y catalán, con grupos que no pueden superar las 35 personas. El precio por ruta es de cinco euros, cuatro para los residentes, un precio que algunos discuten reclamando gratuidad para los palmesanos.
Los patios de los alrededores de la Seu son los protagonistas de este primer itineario, que se prolongará hasta el próximo 27 de octubre. Del 28 al 9 de noviembre, se abrirán los patios de lindantes con Sant Francesc y Monti-Sion; y del 10 al 21 de noviembre, los de la Ciutat Baixa: Joan Carles I, Sant Feliu, Sant Joan, plaça de la Drassana y Montenegro.
En total hay programadas cien visitas guiadas durante más de cinco semanas. Los paseos parten de la calle de Sant Domingo y se adentran en los patios de las casas señoriales, donde los visitantes se dejan seducir por su luz y por su atmósfera sosegada, descubriendo los secretos que guardan sus muros.
"Divagando por los alrededores del Born me topo con tres o cuatro grandes palacios, de gran estampa, de un ruralismo sólido, señorial. Los patios son memorables. Las casas son señoriales porque los signos de riqueza son discretos, muy poco visibles", escribió Josep Pla en 1921. Recorrer la Ruta dels Patis es viajar en el tiempo, conectar con las calles y las casas de la vieja Ciutat, como hicieron Pla, Azorín, Miquel dels Sants Oliver y un sinfín de ciudadanos anónimos.
"La familia Oms ocupó esta casa en 1642. El patio es el resultado de reformas del siglo XVIII. El portal gótico situado a la izquierda del zaguán lleva las armas de los Armadans y procede de la casa medieval de esta familia que todavía existe en la calle de Can Sanç", explica el guía.
Los visitantes, la mayoría turistas, siendo los más numerosos los grupos en lengua castellana, no dudan en fotografiar portales, escaleras, ventanas, columnas o galerías que desconocían. Los hay, aunque pocos, que realizan anotaciones. "Quien conoce los patios conoce su ciudad", dirá uno de ellos mientras escucha las explicación referidas a Can Llorenç Villalonga, uno de los 61 patios que puede pisarse desde ayer.
Una treintena de personas se apuntó a esta propuesta impulsada por la conselleria de Turisme a través de la Fundació pel Desenvolupament Sostenible de Balears, con la colaboración de DIARIO de MALLORCA. Las visitas se realizan de lunes a sábado, en alemán, inglés, francés, italiano castellano y catalán, con grupos que no pueden superar las 35 personas. El precio por ruta es de cinco euros, cuatro para los residentes, un precio que algunos discuten reclamando gratuidad para los palmesanos.
Los patios de los alrededores de la Seu son los protagonistas de este primer itineario, que se prolongará hasta el próximo 27 de octubre. Del 28 al 9 de noviembre, se abrirán los patios de lindantes con Sant Francesc y Monti-Sion; y del 10 al 21 de noviembre, los de la Ciutat Baixa: Joan Carles I, Sant Feliu, Sant Joan, plaça de la Drassana y Montenegro.
En total hay programadas cien visitas guiadas durante más de cinco semanas. Los paseos parten de la calle de Sant Domingo y se adentran en los patios de las casas señoriales, donde los visitantes se dejan seducir por su luz y por su atmósfera sosegada, descubriendo los secretos que guardan sus muros.
"Divagando por los alrededores del Born me topo con tres o cuatro grandes palacios, de gran estampa, de un ruralismo sólido, señorial. Los patios son memorables. Las casas son señoriales porque los signos de riqueza son discretos, muy poco visibles", escribió Josep Pla en 1921. Recorrer la Ruta dels Patis es viajar en el tiempo, conectar con las calles y las casas de la vieja Ciutat, como hicieron Pla, Azorín, Miquel dels Sants Oliver y un sinfín de ciudadanos anónimos.
"La familia Oms ocupó esta casa en 1642. El patio es el resultado de reformas del siglo XVIII. El portal gótico situado a la izquierda del zaguán lleva las armas de los Armadans y procede de la casa medieval de esta familia que todavía existe en la calle de Can Sanç", explica el guía.
Los visitantes, la mayoría turistas, siendo los más numerosos los grupos en lengua castellana, no dudan en fotografiar portales, escaleras, ventanas, columnas o galerías que desconocían. Los hay, aunque pocos, que realizan anotaciones. "Quien conoce los patios conoce su ciudad", dirá uno de ellos mientras escucha las explicación referidas a Can Llorenç Villalonga, uno de los 61 patios que puede pisarse desde ayer.