diariodemallorca.es 18-10-2009
El inmueble protegido lleva un año vacío y sólo recibe la visita esporádica de un celador de Cort que inspecciona el exterior
RAQUEL GALÁN. PALMA. El antiguo edificio de Gesa lleva un año vacío y sólo recibe la visita esporádica de un celador de Cort que inspecciona el exterior. Según los arquitectos consultados, no es suficiente, porque todo inmueble requiere un mantenimiento y "más todavía si está en desuso, ya que el deterioro es mucho más rápido", tal como explica el técnico de la empresa especializada ITE Balears Alfonso Julià. El Colegio Oficial de Arquitectos de Balears advierte que "cuanto más tarden en hacer una intervención, más elementos habrá que subsanar y más costoso será, algo que no interesa a nadie", en palabras del presidente de la Demarcación de Mallorca de esta entidad, Salvador Juan.
Las tareas de mantenimiento son aparentemente simples, pero muy importantes. "Abrir los grifos del agua; vigilar que las puertas y ventanas estén bien cerradas, sin ningún cristal roto; limpiar bien la cubierta; poner en marcha el aire acondicionado y los ascensores, sin olvidar que pasen la revisión; etc.", enumera el arquitecto José Ferragut Canals, sobrino del autor del edificio catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) situado en la primera línea de la fachada marítima de Llevant. Y añade que "las instalaciones eléctricas serán las primeras que se rompan si no se ponen en funcionamiento".
Lo ideal sería una inspección periódica, apunta Julià, quien cree que "todavía es pronto para que el edificio esté deteriorado, aunque convendría realizar la prevención para no llegar a las reparaciones". Tanto él como Ferragut destacan que "lo peor es la entrada de agua, por lo que es esencial vigilar si hay humedades y el buen estado de la impermeabilización de la cubierta del inmueble".
Lo corrobora el portavoz del Colegio de Arquitectos: "el peor enemigo de cualquier edificio es la humedad". Además, "en el caso de Gesa, al estar en primera línea, también tiene que soportar un nivel de agresividad mayor, debido al salitre y el cloruro que se forma en el ambiente", indica Juan.
Por otra parte, si finalmente se tuviera que hacer una gran reforma y las canalizaciones del inmueble tuviesen amianto, "algo habitual en la época de este proyecto", los expertos afirman que la sustitución de las conducciones no causaría problemas siempre que la realizase una empresa especializada.
La propiedad de este edificio se encuentra actualmente en un limbo jurídico. Cort será el dueño cuando apruebe el proyecto de reparcelación de la primera línea de Llevant –en diciembre o enero, calcula–. Gesa es quien todavía aparece en el registro de la propiedad, aunque la compañía alega que vendió el solar a Núñez y Navarro.