24 de maig 2008

Son Real recupera esplendor

diariodemallorca.es 24-5-2008

Un grupo de arqueólogos consolida parte del conjunto funerario de la necrópolis a partir de unas imágenes realizadas tras la primera excavación

Panorámica de la necrópolis de Son Real, ayer, con los arqueólogos en plena faena. Foto: Guillem Bosch
JOAN FRAU. SANTA MARGALIDA. La necrópolis de Son Real, uno de los yacimientos talayóticos más importantes de la isla, ha recuperado durante las últimas tres semanas parte del aspecto que tenía cuando el arqueólogo catalán Miquel Tarradell sacó a la luz, durante la primera campaña de excavaciones del conjunto funerario, en los años 60, la mayor parte de las tumbas naviformes y circulares que pueden visitarse actualmente en su localización de la Punta dels Fenicis.
Un equipo de seis personas, entre arqueólogos y restauradores, ha trabajado en la necrópolis desde el 6 de mayo hasta ayer para realizar tareas de consolidación, restauración y excavación de los espacios situados entre las tumbas. La iniciativa de la campaña es de la Fundació per al Desenvolupament Sostenible de Balears, gestora de la finca pública de Son Real. El patrocinio ha corrido a cargo del departamento de Patrimonio del Consell de Mallorca, que ha aportado 12.000 euros. El director insular de Patrimonio, Biel Cerdà, visitó ayer los trabajos en la necrópolis.
El equipo de arqueólogos ha contado con la "ayuda inestimable" de un archivo fotográfico compuesto por unas 2.000 imágenes que Tarradell realizó tras la primera excavación en el conjunto prehistórico. "De esta forma, sabemos cuál era el estado de la necrópolis cuando se encontró, por lo que podemos restituir las tumbas que se han desmoronado durante estos cuarenta años para recuperar la estructura que tenían al ser encontradas", explica Jordi Hernández, director de la campaña.

Recomposición metódica
Las imágenes de los años 60 permiten identificar cada una de las piedras que conforman el conjunto funerario. La misión de los arqueólogos consiste en recomponer, con paciencia metódica, cada uno de los bloques de marès identificados en el archivo fotográfico en su lugar de origen y consolidarlos con mortero de cal para asegurar su fijación, obra de la restauradora Margalida Munar.
Al mismo tiempo, se ha excavado una buena parte del espacio situado entre las tumbas centrales hasta alcanzar el suelo de roca original. Ambos trabajos han permitido "configurar más las tumbas" y aproximarse a la altura que tenían cuando fueron construidas, entre los siglos sexto y primero A. C.
La campaña que finalizaba ayer ha puesto al descubierto una tumba desconocida hasta hora, aunque en su interior no había ningún resto, y la base que sustentaba la micronaveta que fue desmontada en los años 60 y recompuesta posteriormente en el Museu de Mallorca, donde puede visitarse hoy en día. También se han hallado algunos restos de cerámica, huesos humanos y de animales en las tareas de excavación.
Se calcula que, a pesar de las continuas campañas arqueológicas desde los años 60, sólo ha sido excavada una parte de la necrópolis de Son Real, "única en la cultura talayótica y en el contexto de todo el Mediterráneo occidental", según Jordi Hernández. El reto ahora es eliminar los diversos montículos de tierra que rodean al conjunto, restos de sedimento de pasadas excavaciones, y comprobar lo que se esconde en el subsuelo. El problema, como siempre, es el dinero.