Los ganadores del Ciutat de Palma, los arquitectos Javier Oliver y Boris Pena enseñan el edificio de viviendas en el Cine Doré
LOURDES DURÁN. PALMA. El pasado martes se quedaron boquiabiertos cuando escucharon sus nombres, Boris Pena y Javier Oliver, en el Teatre Principal. Su proyecto de viviendas en el cine Doré había sido elegido el ganador del Premi Ciutat de Palma de Arquitectura Guillem Sagrera. Se trata de un proyecto "arriesgado" en el que "todo el equipo, desde la promotora, la constructora, el maestro de obras y nosotros funcionamenos con pasión".
Desde que en el 2005 la promotora Habitatges Es Batzer (HEB) compró el inmueble, la maquinaria que ha puesto en marcha este singular edificio de viviendas -está realizado en lo que fue el último cine X de Palma, el Doré- ha sido un trabajo de superar peldaño a peldaño. El primero, conseguir que se ampliara el espacio de protección al del cine -la normativa sólo amparaba la fachada-, y al "darle la vuelta, pudimos redistribuir el espacio de una manera más lógica y acorde con el propio ritmo de la fachada", explican Pena y Oliver.
Formados en las universidades politécnicas de Madrid y Cataluña, respectivamente, desde que han hecho equipo ellos funcionan "inventándonos los proyectos". Sabían que el cine estaba en venta hacía muchos años y que no era un espacio fácil al que echarle la piqueta.
"Afortunadamente el Ayuntamiento fue entendiendo nuestra propuesta, tras un laborioso proceso. Con decir que el proyecto final fue lo más rápido, imagínate", recuerdan. El problema ha sido que superados los obstáculos, se encuentran con la crisis en pleno.
El edificio ha quedado convertido en diez viviendas, tipo loft, dos de ellas apoyadas en la fachada, y las ocho restantes con vistas al patio. Son unos 100 metros cuadrados, de tamaño medio, con parking integrado en los bajos de la vivienda.
"Propusimos un producto muy especial. Está pensado, desde luego, para personas jóvenes, solteros o separados, parejas sin niños y con profesiones que te hacen estar más fugazmente en tu casa", indican los arquitectos.
Sin duda alguna, lo más característico de este edificio es su adscripción al cine. Son bastantes los detalles que se sirven de la iconografía del cine como puertas, la iluminación que de noche le da un aspecto de sala de cine sólo con el foco de la linterna del acomodador.
En el barrio, cercano a la plaza Santa Isabel y a la arteria que abre una nueva disposición de la ciudad, Jacint Verdaguer, se creyeron al principio que "era una promoción de las monjas, ¡increíble!".
LOURDES DURÁN. PALMA. El pasado martes se quedaron boquiabiertos cuando escucharon sus nombres, Boris Pena y Javier Oliver, en el Teatre Principal. Su proyecto de viviendas en el cine Doré había sido elegido el ganador del Premi Ciutat de Palma de Arquitectura Guillem Sagrera. Se trata de un proyecto "arriesgado" en el que "todo el equipo, desde la promotora, la constructora, el maestro de obras y nosotros funcionamenos con pasión".
Desde que en el 2005 la promotora Habitatges Es Batzer (HEB) compró el inmueble, la maquinaria que ha puesto en marcha este singular edificio de viviendas -está realizado en lo que fue el último cine X de Palma, el Doré- ha sido un trabajo de superar peldaño a peldaño. El primero, conseguir que se ampliara el espacio de protección al del cine -la normativa sólo amparaba la fachada-, y al "darle la vuelta, pudimos redistribuir el espacio de una manera más lógica y acorde con el propio ritmo de la fachada", explican Pena y Oliver.
Formados en las universidades politécnicas de Madrid y Cataluña, respectivamente, desde que han hecho equipo ellos funcionan "inventándonos los proyectos". Sabían que el cine estaba en venta hacía muchos años y que no era un espacio fácil al que echarle la piqueta.
"Afortunadamente el Ayuntamiento fue entendiendo nuestra propuesta, tras un laborioso proceso. Con decir que el proyecto final fue lo más rápido, imagínate", recuerdan. El problema ha sido que superados los obstáculos, se encuentran con la crisis en pleno.
El edificio ha quedado convertido en diez viviendas, tipo loft, dos de ellas apoyadas en la fachada, y las ocho restantes con vistas al patio. Son unos 100 metros cuadrados, de tamaño medio, con parking integrado en los bajos de la vivienda.
"Propusimos un producto muy especial. Está pensado, desde luego, para personas jóvenes, solteros o separados, parejas sin niños y con profesiones que te hacen estar más fugazmente en tu casa", indican los arquitectos.
Sin duda alguna, lo más característico de este edificio es su adscripción al cine. Son bastantes los detalles que se sirven de la iconografía del cine como puertas, la iluminación que de noche le da un aspecto de sala de cine sólo con el foco de la linterna del acomodador.
En el barrio, cercano a la plaza Santa Isabel y a la arteria que abre una nueva disposición de la ciudad, Jacint Verdaguer, se creyeron al principio que "era una promoción de las monjas, ¡increíble!".