diariodemallorca.es 1-3-2009
Siguió de cerca el proyecto artístico de Barceló en la Seu y ahora lidera un grupo multidisciplinar que persigue dar una base científica a las actuaciones en los bienes muebles del templo gótico
Mercè Gambús, frente al baldaquino de Antoni Gaudí en la Capilla Real. Foto: Sebastià Llompart
LOURDES DURÁN. PALMA. Desde 1997, Mercè Gambús, junto a otros profesores del departamento de Arte de la Universitat de les Illes Balears, además de restauradores, arquitectos técnicos y dos becarios, creó el Grup de Conservació de Patrimoni Artístic i Religiós. Ella es la cabeza visible. Esa experiencia la ha colocado en una posición clave en los movimientos que se producen en la Seu. De acuerdo a su reciente nombramiento de portavoz del Cabildo en materia patrimonial, es ojo avizor. La especialista en arte atiende que "a la Catedral no le sobra nada". Eso sí, a su juicio adolece de una "óptima solución para los vitrales de la capilla de la Trinitat", la humilde testa catedralicia.
- ¿Por qué y para qué se creó el Grup de Conservació de Patrimoni Artístic i Religiós?
- Nuestra idea es la de aplicar metodología histórica y artística en los procesos de conservación y restauración en materia de patrimonio artístico. Tenemos vocación de interactuar con otras disciplinas habituales en trabajos de conservación y restauración como son los arquitectos, aparejadores, químicos, restauradores...
- Ustedes crearon este grupo en 1997. ¿Cuándo y por qué se vinculan a la Seu?
- Fue a raíz de la reforma de la capilla del Santíssim y de la intervención artística en ella de Miquel Barceló -por mi participación en ésta-. Con la muerte del canónigo Pere Llabrés se consolidó porque al ser él el responsable de patrimonio y yo, la única persona con conocimientos histórico-artísticos, el Cabildo me pidió asesoramiento. El pasado mes de noviembre me nombraron asesora técnica en conservación del patrimonio mueble de la Catedral.
- ¿Está su huella en el proyecto global de homenaje al obispo Campins?
- Cuando fui nombrada asesora, hice un estado informativo de la documentación existente relacionada con el patrimonio de la Catedral en los últimos diez años. Como plan nuclear se propone al Cabildo continuar el trabajo empezado por el padre Llabrés y por el canónigo Llorenç Tous, ahora jubilado, de recuperar la obra de Gaudí aprovechando que se está en proceso y con la mirada puesta en el centenario del año 2015.
- ¿Es necesario recuperar la obra de Gaudí en la Catedral? ¿No está lo suficientemente estudiada y difundida? ¿Los mallorquines no conocen la reforma que llevó a cabo el arquitecto catalán?
-No es eso. Cuando restauras sale mucha información, de ahí la importancia que haya detrás un equipo de la UIB que quiere aplicar criterios científicos para poder diagnosticar, documentar y establecer los planes de divulgación.
- ¿Acaso no se hacían?
- Con el Plan de Catedrales se han hecho estudios, pero con respecto a los bienes muebles de la Seu no; sólo en grandes ocasiones se han hecho estudios complementarios. Además, no suele ser habitual su divulgación.
- Con varias reformas encima, ¿se puede ver a la Catedral como un cajón de sastre?
- Es un edificio bastante ordenado en comparación a otros y de acuerdo a su estructura. En los últimos diez años se han hecho numerosas intervenciones que no se han divulgado. La Catedral es un organismo vivo que incluso se modifica orgánicamente. Es normal, estamos ante una sede patrimonial, un símbolo de la ciudad. Así son las catedrales.
- Dentro del Cabildo ha habido sus más y sus menos con respecto a la intervención de Barceló. Si ahora hablan de un proyecto contemporáneo, ¿significa que están abiertos a más intervenciones del siglo XXI?
- Los canónigos son conscientes de la herencia recibida y esta Catedral está marcada por la fábrica gótica, las huellas renacentistas, barrocas y, sobre todo, por la reforma de Antoni Gaudí, la más valiente de todas, y con el obispo Campins como ideólogo. Creo que el Capítulo tiene una actitud respetuosa al reconocer su necesidad de que expertos le ayuden en edificios que tienen una función sacra y a la vez son patrimonio cultural. Dicho esto, establecer un concurso es una posible opción, pero no está decidido.
- Barceló mencionó a Gaudí cuando habló de su idea para la Capilla del Santíssim. ¿Cuáles serían los paralelismos?
- Hay mucha convivencia entre ambos, por ejemplo en los colores utilizados, en los materiales y sobre todo en la vinculación de su proyecto al uso litúrgico. El fondo cerámico de Gaudí es comparable al tratamiento que posteriormente ha hecho Barceló. Creo que desde las técnicas, los materiales, el diseño, algunos motivos, se han integrado muy bien ambos.
- Usted apoyó intensamente el proyecto de situar los vitrales de Ruggeri en la capilla de la Trinitat. ¿Por qué ha cambiado de opinión?
-Al establecer un proyecto global de actuación en la Capilla Real y en la Trinitat cabe pensar en estos vitrales. Ruggeri mantuvo el simbolismo trinitario que los canónigos quieren mantener. Algunos son partidarios de que no se toquen los vitrales neogóticos y se posicionaron en contra del proyecto de Ruggeri. Entiendo que gusten o no, otra cosa es que hablen del comportamiento de la luz sin haber visto nada más que unas fotos en un diario. ¡Me resulta inaudito! En mi opinión, se ha de hacer algo con los vitrales de la Capilla de la Trinitat.