Los restauradores trabajan en la recuperación de la iconografía ornamental modernista que decora el casal de Sóller
Las humedades, repintes y desprendimientos provocaron importantes daños.
MARIANA DÍAZ/JOANA NICOLAU . Los restauradores que trabajan en la rehabilitación de las pinturas de paredes y techos de Can Prunera, en Sóller, tienen ante sí una delicada tarea para recuperar la decoración modernista de este casal que, dentro de unos meses, se convertirá en centro de interpretación del modernismo.
Según el estudio preliminar de la decoración muraria de Can Prunera, que hizo José Maria Pardo por encargo de la Fundació Tren de l'Art, propietaria del inmueble, algunas de estas pinturas padecieron humedades, repintes o desprendimientos del yeso a lo largo de los años. La casa se finalizó en 1911.
En esta decoración que cubre, sobre todo, los techos y paredes de las plantas baja y primera es donde trabajan los restauradores Veselin Dimitrov y Svetla Nikolova, de la empresa Restaurotec, también licenciados en Bellas Artes. Su principal objetivo es que «la historia de la casa se mantenga» tras la rehabilitación y «respetar al máximo el trabajo de los maestros originales», cuyo nombre se desconoce. Nikolova comenta que éstos utilizaron pintura al temple, -un temple graso, según el informe de Pardo-, y en cuanto a la técnica pictórica, «tenía mucho de acuarelista» y los colores eran «terrosos». Cuando alguna de estas iconografías sufrió desperfectos en el pasado fue repintada con esmalte.
Según se asciende por el casal, la decoración va de más a menos y el recorrido de la escalera de caracol está enmarcado con pilastras, rematadas por volutas, en las que no faltan elementos vegetales. Pero no todo son pinturas hechas directamente sobre el muro, sino que los techos, en especial en las zonas más nobles de la casa, y también los frisos de las paredes, fueron realzados a base de relieves de yeso con iconografía inspirada en la naturaleza.
MARIANA DÍAZ/JOANA NICOLAU . Los restauradores que trabajan en la rehabilitación de las pinturas de paredes y techos de Can Prunera, en Sóller, tienen ante sí una delicada tarea para recuperar la decoración modernista de este casal que, dentro de unos meses, se convertirá en centro de interpretación del modernismo.
Según el estudio preliminar de la decoración muraria de Can Prunera, que hizo José Maria Pardo por encargo de la Fundació Tren de l'Art, propietaria del inmueble, algunas de estas pinturas padecieron humedades, repintes o desprendimientos del yeso a lo largo de los años. La casa se finalizó en 1911.
En esta decoración que cubre, sobre todo, los techos y paredes de las plantas baja y primera es donde trabajan los restauradores Veselin Dimitrov y Svetla Nikolova, de la empresa Restaurotec, también licenciados en Bellas Artes. Su principal objetivo es que «la historia de la casa se mantenga» tras la rehabilitación y «respetar al máximo el trabajo de los maestros originales», cuyo nombre se desconoce. Nikolova comenta que éstos utilizaron pintura al temple, -un temple graso, según el informe de Pardo-, y en cuanto a la técnica pictórica, «tenía mucho de acuarelista» y los colores eran «terrosos». Cuando alguna de estas iconografías sufrió desperfectos en el pasado fue repintada con esmalte.
Según se asciende por el casal, la decoración va de más a menos y el recorrido de la escalera de caracol está enmarcado con pilastras, rematadas por volutas, en las que no faltan elementos vegetales. Pero no todo son pinturas hechas directamente sobre el muro, sino que los techos, en especial en las zonas más nobles de la casa, y también los frisos de las paredes, fueron realzados a base de relieves de yeso con iconografía inspirada en la naturaleza.