Última Hora Digital 3-2-2009
Unas brasas mal apagadas del quemador de incienso provocaron el fuego, que no causó daños de consideración
Los equipos de emergencia acordonaron la zona mientras los Bombers de Palma sofocaban el fuego. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA
JULIO BASTIDA«Fuego, fuego, se quema la Seu». Ésta fue una de las primeras llamadas que recibieron los servicios de emergencia.
Aproximadamente sobre las 18:40 horas de ayer, varias dotaciones de los Bombers de Palma, Cuerpo Nacional de Policía y Policía Local acordonaron la Catedral de Palma a consecuencia de un pequeño incendio que se produjo en la sala de sa Carbonera, habitáculo ubicado en la parte superior de la sacristía del templo.
Al parecer, y según las primeras hipótesis de la investigación realizada por agentes del Cuerpo Nacional de Policía, los monaguillos de la Seu, con motivo de la procesión de la Candelaria (celebrada unas horas antes), encendieron un pequeño fuego para alimentar el quemador de incienso. Las brasas utilizadas no se apagaron correctamente y con el paso de las horas el fuego cobró fuerza y se propagó con facilidad a unos sacos adyacentes de carbón que había en la misma sala.
A partir de ese momento se vivieron momentos de tensión y nerviosismo. Una gran humareda se adueñó de las dependencias religiosas, muy próximas al Museo Diocesano, y se dio aviso a los servicios de emergencia. En cuestión de minutos los Bombers de Palma tenían controlado el fuego. Para la extinción fue necesario romper algunos cristales de un ojo de buey y de una cristalera de la parte trasera, sita en la calle del Pare Sant Bernat.
A las 19:05 horas, ante gran expectación, medidas de seguridad y medios de comunicación, llegó el obispo de Mallorca, monseñor Jesús Murgui Soriano, quien se interesó por el estado del siniestro y sus consecuencias.
A las 19:21 horas, a la salida de la visita del obispo, monseñor Murgui afirmó: «Aún no hemos estudiado bien la situación, parece que no ha sido algo muy grave. He subido hasta el lugar donde se inició el fuego, pero será el aparejador y el técnico de patrimonio quienes evaluarán los daños. Los bomberos al tirar agua en el piso superior para apagar el fuego han provocado filtraciones en la sacristía y por este motivo nos hemos visto en la obligación de desalojar la dependencia de reliquias y obras de arte. Es muy importante destacar que no hay daños personales ni materiales de consideración. Sólo se quemó madera y carbón», comentó la máxima autoridad eclesiástica en la Isla.
Murgui también quiso agradecer a los servicios de emergencia su rapidez en actuar: «Gracias a Dios no tenemos que lamentar nada más grave debido a la rápida actuación de los Bombers de Palma, la Policía Nacional y la Policía Local», concluyó.