diariodemallorca.es 26-2-2009
Las capillas y relieves dedicados a Sant Martí y Sant Jordi, en un estado de absoluto abandono, aparecen llenos de pintadas
Aspecto de los dos altares tras las pintadas con las que aparecieron el sábado. Fotos cedidas por Jordi Aguiló
MIGUEL VICENS. PALMA. Historia de la Mallorca medieval entre basura y escombros. Representaciones escultóricas que llenarían cualquier museo, víctimas del vandalismo, el abandono y la dejadez más absoluta.
La Cova de Sant Martí, uno de los tesoros patrimoniales más importantes del municipio de Alcúdia, cuyos altares de los siglos XIII y XIV están ligados a los primeros cultos cristianos de la isla tras la conquista de Jaume I, apareció el sábado llena de pintadas y basuras.
La gruta es una de las visitas culturales que señalan las guías del municipio de Alcúdia. Se encuentra a cien metros de la carretera, al sudoeste de la ciudad, en un montaña del mismo nombre cuya cumbre permite una extensa panorámica de las bahías de Alcúdia, Pollença, buena parte de la Serra de Tramuntana y el Pla de Mallorca y la Albufera.
La cueva natural se comunica con el exterior a través de una escalera excavada en la propia roca. En la sala grande, la que ha sido víctima de los actos vandálicos, se encuentran dos capillas formadas por un arco de medio punto y una bóveda de crucería. De época medieval y estilo gótico, sus altares están presididos por un relieve de Sant Martí y otro de Sant Jordi. El espacio fue habilitado para el culto tras la conquista catalana.
Si el estado de conservación del conjunto, que fue un santuario para los primitivos cristianos, ya era muy precario, pues los altares y sus valiosos relieves sufren numerosas grietas, el reciente ataque que ha sufrido la capilla ha resultado especialmente cruel, pues ha incidido directamente sobre los elementos artísticos y arquitectónicos del pequeño templo con numerosas pintadas de espray en los dos relieves y también en las bases de los arcos. Igualmente resulta significativo el estado de absoluto abandono en el que se encuentra la cueva, mal iluminada y llena de todo tipo de escombros que se van acumulando con el paso del tiempo, destacada dejadez porque la gruta está incluida en uno de los itinerarios culturales más visitados de Alcúdia. Un lector de DIARIO de MALLORCA, Jordi Aguiló, fue testigo el sábado de los desperfectos y remitió a este diario una serie de fotografías para denunciar su abandono.