11 de setembre 2008

Medidas de seguridad contra el patrimonio


ARCA denuncia que las cámaras de vigilancia de Can Berga atentan contra la integridad histórica de su fachada
Las cámaras se han colocado en los balcones, donde son muy visibles. Foto: Arca
FAUSTINO HORRACH Las nuevas cámaras de seguridad que recientemente se han instalado en el casal Can Berga, sede de la Audiencia Territorial de Balears, no han caído del todo bien a los defensores de la integridad patrimonial. Este edificio, situado en la plaza del Mercat, está incluido en el catálogo de edificios protegidos del Ayuntamiento de Palma y fue declarado Bé d´Interès Cultural (BIC) por el Consell de Mallorca el año 1954. Estas dos categorías otorgan a este inmueble un grado de protección especial que no permiten a sus propietarios instalar elementos contemporáneos en la fachada principal, tal como informaba ayer la Associació per a la Revitalització dels Centres Antics (ARCA).

Los miembros de la entidad manifestaron mediante un comunicado que estas cámaras no se han colocado en el lugar "más adecuado", pues se encuentran instaladas en la esquina del balcón principal y desvirtúan esta fachada, fruto de una reforma del siglo XVIII en este edificio que se remonta a la época islámica. Por este motivo, ARCA ha solicitado al ministerio de Justicia que "reconsidere" la ubicación actual de estos elementos y los recoloque en otro lugar que provoque "menos impacto" al conjunto arquitectónico de este inmueble, vendido al Estado el año1965 para convertirlo en la sede del Palau de Justícia.

La agrupación por el patrimonio también ha solicitado al Consell de Mallorca, como institución competente en la conservación del patrimonio histórico, que haga reconsiderar al Ministerio la ubicación de estas cámaras. Asimismo, reclama a ambas administraciones que informen sobre cualquier determinación sobre este tema, con tal de encontrar una ubicación "más correcta" y no maltratar la imagen de este edificio que ha evolucionado con la historia de Ciutat. No en vano, la fachada que ahora se defiende fue creada para orientar la entrada principal del edificio a la nueva plaza que se creó cuando se desvió el cauce del torrent de Sa Riera que pasaba por allí.

Aunque otro tipo de actuación menos estética deberían plantearse las administraciones para conservar el patrimonio de Palma. Este diario ha comprobado directamente la cantidad de turistas que continúan cogiendo piedras de la fachada de la Seu o se lazan con sus llaves a inmortalizar su visita a la isla firmando en las históricas losas de la muralla. De seguir así, poco tendrá que preocuparse Ciutat por conservar su historia, repartida en fragmentos por todo el mundo.

También los residentes deberán poner su grano de arena en este tema. El barrio de San Jaume o la Lonja continúa teniendo un problema grave de corrosión y malos olores debido al orín de varios jóvenes que se congregan por allí a beber. No es tan solo la mala imagen que supone para el turista matutino, sino el deterioro de las fachadas y los pavimentos que implica.