diariodemallorca.es 24-9-2009
Los jesuitas estudian denunciar a Emaya porque creen que los recientes desprendimientos de parte del frontón del templo se deben a la recogida neumática de basuras
DURÁN. PALMA. Emaya ha topado con los jesuitas. Los desprendimientos producidos en parte del frontón de la iglesia de Montesión el pasado martes han vuelto a poner en guardia a la comunidad religiosa. Son ya cuatro los "accidentes" registrados desde el 2004. Y todos, según Miquel Garau, prefecto de la iglesia, "coinciden con la instalación del sistema de recogida neumática de basuras, cuya vibración hace temblar todo el edificio". La Compañía de Jesús no descarta denunciar lo sucedido y elevar su queja a la empresa municipal. No sería la primera vez.
Mientras, desde el Consell enviarán hoy a un arquitecto del departamento de Patrimonio para evaluar los daños en un edificio que es Bien de Interés Cultural. La fachada barroca de la iglesia de Montesión –siglo XVI– es uno de los mejores ejemplos de trabajo escultórico de este estilo artístico que existe en Mallorca.
Biel Cerdà, director de Patrimonio, indicó ayer a este diario que "los jesuitas no se han puesto en contacto con nosotros, pero desde el Consell estamos dispuestos a asesorarles". Lo pertinente, de cara a restaurar el desprendimiento del lienzo pétreo, es que "presenten un proyecto, a cargo del 1 por cien cultural, que podría hacerce cargo de los gastos ocasionados". Cerdà insistió en que "ya hemos reiterado al representante del obispado que las iglesias que cuentan con figuras de protección como ser BIC, pueden acogerse a las ayudas estatales a través del Govern balear".
Miquel Garau muestra las grietas que se han producido en la entrada del colegio, pegada a la sacristía del templo. Justo enfrente están situados los contenedores de recogida de basuras neumática.
"Hace cinco años ya denunciamos a Emaya porque la vibración de este sistema, que es tremenda, provocó el desplome del techo de la sacristía. Nos dijeron que la techumbre no estaba en buenas condiciones, pero ¡qué casualidad, en 400 años que tiene el edificio no había ocurrido nunca, ni siquiera con la guerra!".
No fue el único percance. Una de las lámparas del interior de una de las capillas de Montesión se desplomó y, por último –antes del reciente desprendimiento del alero–, advirtieron una enorme grieta en la entrada del colegio.
El sistema de succión de basuras se produce entre diez y doce veces al día en intervalos de siete a diez minutos.
Garau considera que "no es casualidad" que todos estos incidentes se hayan producido desde que se utiliza este sistema, y que estén localizados en un área cercana a sus contenedores. "En un edificio –colegio, sacristía e iglesia– que tiene una superficie de más de 2.500 metros cuadrados, sólo han sufrido zonas vecinas a los contenedores".
La iglesia, al igual que otros edificios de su época, padece del mal de la piedra. La de Montesión, además, tiene tendencia a inclinarse hacia delante. Algo similar a lo que ocurre en la Seu. "Para paliar este defecto, pusimos un sistema de tensores que afirman el techo. Lleva años aguantando, pero el más cercano a los contenedores ya se está desplazando", explica el jesuita Miquel Garau.
Mientras, desde el Consell enviarán hoy a un arquitecto del departamento de Patrimonio para evaluar los daños en un edificio que es Bien de Interés Cultural. La fachada barroca de la iglesia de Montesión –siglo XVI– es uno de los mejores ejemplos de trabajo escultórico de este estilo artístico que existe en Mallorca.
Biel Cerdà, director de Patrimonio, indicó ayer a este diario que "los jesuitas no se han puesto en contacto con nosotros, pero desde el Consell estamos dispuestos a asesorarles". Lo pertinente, de cara a restaurar el desprendimiento del lienzo pétreo, es que "presenten un proyecto, a cargo del 1 por cien cultural, que podría hacerce cargo de los gastos ocasionados". Cerdà insistió en que "ya hemos reiterado al representante del obispado que las iglesias que cuentan con figuras de protección como ser BIC, pueden acogerse a las ayudas estatales a través del Govern balear".
Miquel Garau muestra las grietas que se han producido en la entrada del colegio, pegada a la sacristía del templo. Justo enfrente están situados los contenedores de recogida de basuras neumática.
"Hace cinco años ya denunciamos a Emaya porque la vibración de este sistema, que es tremenda, provocó el desplome del techo de la sacristía. Nos dijeron que la techumbre no estaba en buenas condiciones, pero ¡qué casualidad, en 400 años que tiene el edificio no había ocurrido nunca, ni siquiera con la guerra!".
No fue el único percance. Una de las lámparas del interior de una de las capillas de Montesión se desplomó y, por último –antes del reciente desprendimiento del alero–, advirtieron una enorme grieta en la entrada del colegio.
El sistema de succión de basuras se produce entre diez y doce veces al día en intervalos de siete a diez minutos.
Garau considera que "no es casualidad" que todos estos incidentes se hayan producido desde que se utiliza este sistema, y que estén localizados en un área cercana a sus contenedores. "En un edificio –colegio, sacristía e iglesia– que tiene una superficie de más de 2.500 metros cuadrados, sólo han sufrido zonas vecinas a los contenedores".
La iglesia, al igual que otros edificios de su época, padece del mal de la piedra. La de Montesión, además, tiene tendencia a inclinarse hacia delante. Algo similar a lo que ocurre en la Seu. "Para paliar este defecto, pusimos un sistema de tensores que afirman el techo. Lleva años aguantando, pero el más cercano a los contenedores ya se está desplazando", explica el jesuita Miquel Garau.