Patrimonio detiene la obra después de que se hayan retirado todas las tejas y persianas
ARCA carga contra Burguera y Delegación de Gobierno por haber actuado "a traición"
Enrique Fueris. Ses Salines. El Consell paró ayer en seco la demolición del cuartel de los carabineros de la Colònia de Sant Jordi, ordenada el pasado lunes por el alccalde de Ses Salines, Sebastià Burguera (PSOE), a espaldas de la institución insular y de voces proteccionistas como las de ARCA (Asociación para la Rehabilitación de Centros Históricos) o la UIB.
Precisamente fue ARCA quien solicitó al Consell el mismo lunes una actuación urgente para detener el derribo. Después de meses de conversaciones con el Ayuntamiento, parecía que la conservación del antiguo cuartel estaba garantizada y la propia ARCA había propuesto posibles proyectos de rehabilitación del edificio, como su conversión en museo del contrabando.
Los proteccionistas daban por salvado el cuartel después de una reunión con Burguera y su teniente de alcalde, Tomeu Lladonet (UM). El pasado lunes el alcalde ordenó el derribo del edificio en lo que fue catalogado como un "acto de traición" según ARCA.
Las quejas de la asociación llegaron hasta la Dirección Insular de Patrimonio Histórico del Consell, quien envió a un técnico en posesión de un decreto de paralización por derribo.
La corporación municipal, por su parte, mantiene que ha detenido las obras por propia voluntad, ya que a su entender, la comunicación del Conssell "nos instaba a parar pero no lo ordenaba", afirma Lladonet para añadir que un informe jurídico garantiza la legalidad del derribo.
Sea como fuere, la actuación de la institución insular supone un respiro para ARCA, quien sin embargo advierte de que ya no queda ni una sola teja en el cuartel; los obreros se encargaron de retirarlas todas durante la jornada del lunes, así como las persianas.
Las intensas lluvias que están cayendo estos días amenazan con deteriorar seriamente unas instalaciones desprovistas ahora de protección, por lo que ARCA intenta ahora que la Conselleria de Interior coloque cubiertas de plástico que resguarden al cuartel del agua.
"Por fortuna se ha actuado a tiempo y no se ha producido ningún mal irreparable", señala la potavoz de ARCA, Àngels Fermoselle. Lo que sí parece finiquitado es la relación entre la asociación y el equipo de gobierno saliner, en especial con Burguera, con quien se muestran especialmente críticos.
"El alcalde merece todas las críticas posibles: por su incapacidad de dialogar, por su insensibilidad al patromonio histórico, por su falta de respeto a las personas...", denuncia Fermoselle. La afrenta no la siente ARCA como exclusiva, ya que considera que Burguera ha ignorado también los informes del Consell -que tenía previsto declarar el edificio bien patrimonial catalogado e instó al Consistorio a hacer lo mismo- como el departamento de Ciencias Históricas y teoría de las Artes de la UIB, quienes ya reconocieron en su día los valores patrimoniales del edificio y se sumaron a las reclamaciones de protección. Burguera ya fue objeto de duras críticas por parte de ARCA tras unas primeras reuniones con las asociación en las que expresó su intención de tirar el cuartel porque "está lleno de ratas" y porque "evoca una época de represión". Ya entonces el presidente de ARCA, Joan Pascual, criticó la "ignorancia frente a la historia" de Burguera. Ahora la asociación sopesa la posibilidad de denuncuar al alcalde por "atentar contra un valor patrimonial, lo cual puede constituir un delito". Máxime, recuerda Fermoselle, cuando Burguera ha actuado a sabiedas de ello, ya que ARCA se encargó de informarle de las consecuencias de una acción así.
Asimismo, tampoco se escatiman reprobaciones para el delegado de Gobierno, Ramon Socías, a quien acusan de "cómplice" al haber dado el visto bueno al Ayuntamiento para ejecutar la demolición en virtud del convenio con el Ministero del Interior -titular del edificio- que prevé el derribo y la reapertura de la calle Sol. Dichas obras se enmarcaban en el Plan E del municipio.
Derriba el patrimonio antes que su casa
>Obra ilegal. El alcalde de Ses Salines realizó una obra ilegal en un clalé de su propiedad ubicado en el municipio de Campos. Burguera construyó una casa de dos pisos valiéndose de una licencia de obra menor para cambiar un tejado.
> Orden de derribo. El Consell de Mallorca ordenó la demolición de la casa ilegal de Burguera una vez demostrada su ilegalidad, pero a día de hoy todavía sigue en pie.
>Edificio represivo. La justificación de Burguera para tirar el cuartel de carabineros fue que "evoca una época de represión", manifestación que le valió las críticas de ARCA "por demostrar su ignorancia sobre historia" ya que Franco disolvió a los carabineros tras pasarse éstos al bando republicano.