Cerca de 75 templos de Mallorca, algunos de ellos BIC, presentan serios problemas estructurales y de filtraciones de agua. La diócesis no puede sufragar el coste de las intervenciones si no es con ayudas públicas
Los cimientos y la estructura de la iglesia de Sant Joan de la Font Santa están muy dañados. Foto: G. Bosch
M. ELENA VALLÉS. PALMA. El paso del tiempo es el peor enemigo de 75 templos de Mallorca. Los problemas en su estructura y las filtraciones de agua urgen reformas que no pueden ejecutarse por falta de dinero. El aparejador de la diócesis de Mallorca, Bartomeu Bennàssar, indicó que el obispado, que gestiona más de 150 templos en la isla, no cuenta con recursos suficientes para afrontar las intervenciones necesarias con las que mantener su patrimonio eclesiástico.
Fuera del convenio rubricado entre el ex presidente Jaume Matas y el obispo Murgui en 2006, que sólo contemplaba sufragar un 60% de varias reformas en 27 edificios, la diócesis únicamente consigue financiación pública a través de las líneas de ayuda convocadas por la conselleria de Obras Públicas, "que sólo dan para intervenciones que no alcanzan los 300.000 euros, es decir, obras pequeñas" –dice Bennàssar–, o mediante la firma de un convenio puntual con el Govern para un solo proyecto de rehabilitación que sí supere los 300.000 euros. Es el caso del Monestir de la Real. Desde Obras Públicas se informa que el conseller Jaume Carbonero está en constante contacto con el obispo Murgui para conocer el estado de los templos. Y que aún no han determinado si se firmarán convenios de ayuda en los próximos meses. El resto del dinero para reformas proviene de los donativos de los fieles, ya sea de manera directa o con la equis en la declaración de la renta.
Bennàssar desgranó ayer a este diario qué templos corren mayor peligro. El peor parado de su balance: el oratorio de Sant Joan de la Font Santa en Campos. "Lo damos por perdido. Tiene problemas severos en los cimientos y filtraciones de agua que han dañado la estructura", determina. "Necesitaríamos más de 600.000 euros para arreglarlo. Hace años que está cerrado". El director insular de Patrimonio, Biel Cerdà, animó al obispado a actuar en aras de su salvación: "Les explicamos los pasos a seguir para acogerse al programa del 1% cultural, puesto que el oratorio es Bien de Interés Cultural. Y estamos dispuestos a presionar a Madrid para conseguir el dinero".
La capilla neogótica de la Casa de la Iglesia va perdiendo los pináculos. El último, el pasado mes de enero. De la fachada se van desprendiendo fragmentos. "Está cerrada. La curia la utiliza unas cuantas veces al año. La malla de protección evita que los pedazos caigan al suelo". Humedades, filtraciones de agua en un artesonado policromado y grietas en el rosetón son las heridas que deberían curarse. No será posible por menos de dos millones de euros.
"Hemos conseguido pequeñas subvenciones de Obras Públicas para tapar agujeros y lo mínimo para que el edificio no se derrumbe. Como los 200.000 euros para Sant Antoniet de Palma, que dan para rellenar algunas grietas y eliminar algunas filtraciones de la cubierta". Los tejados de la Cartoixa y de Sant Nicolau también han conseguido fondos públicos para llevar a cabo la intervención.
Otros templos en mal estado y sin monedas al alcance para renovarse: la iglesia del convento de Sineu, la de Pòrtol o la de Porreres, entre muchas otras.
Fuera del convenio rubricado entre el ex presidente Jaume Matas y el obispo Murgui en 2006, que sólo contemplaba sufragar un 60% de varias reformas en 27 edificios, la diócesis únicamente consigue financiación pública a través de las líneas de ayuda convocadas por la conselleria de Obras Públicas, "que sólo dan para intervenciones que no alcanzan los 300.000 euros, es decir, obras pequeñas" –dice Bennàssar–, o mediante la firma de un convenio puntual con el Govern para un solo proyecto de rehabilitación que sí supere los 300.000 euros. Es el caso del Monestir de la Real. Desde Obras Públicas se informa que el conseller Jaume Carbonero está en constante contacto con el obispo Murgui para conocer el estado de los templos. Y que aún no han determinado si se firmarán convenios de ayuda en los próximos meses. El resto del dinero para reformas proviene de los donativos de los fieles, ya sea de manera directa o con la equis en la declaración de la renta.
Bennàssar desgranó ayer a este diario qué templos corren mayor peligro. El peor parado de su balance: el oratorio de Sant Joan de la Font Santa en Campos. "Lo damos por perdido. Tiene problemas severos en los cimientos y filtraciones de agua que han dañado la estructura", determina. "Necesitaríamos más de 600.000 euros para arreglarlo. Hace años que está cerrado". El director insular de Patrimonio, Biel Cerdà, animó al obispado a actuar en aras de su salvación: "Les explicamos los pasos a seguir para acogerse al programa del 1% cultural, puesto que el oratorio es Bien de Interés Cultural. Y estamos dispuestos a presionar a Madrid para conseguir el dinero".
La capilla neogótica de la Casa de la Iglesia va perdiendo los pináculos. El último, el pasado mes de enero. De la fachada se van desprendiendo fragmentos. "Está cerrada. La curia la utiliza unas cuantas veces al año. La malla de protección evita que los pedazos caigan al suelo". Humedades, filtraciones de agua en un artesonado policromado y grietas en el rosetón son las heridas que deberían curarse. No será posible por menos de dos millones de euros.
"Hemos conseguido pequeñas subvenciones de Obras Públicas para tapar agujeros y lo mínimo para que el edificio no se derrumbe. Como los 200.000 euros para Sant Antoniet de Palma, que dan para rellenar algunas grietas y eliminar algunas filtraciones de la cubierta". Los tejados de la Cartoixa y de Sant Nicolau también han conseguido fondos públicos para llevar a cabo la intervención.
Otros templos en mal estado y sin monedas al alcance para renovarse: la iglesia del convento de Sineu, la de Pòrtol o la de Porreres, entre muchas otras.