Últma Hora 2-7-2007
Los bancales ocupan 210 kilómetros cuadrados de la Serra de Tramuntana
JOAN J.SERRAEl estudio «Marjades i Prevenció de Riscs Naturals a la Serra de Tramuntana» está enmarcado en el proyecto europeo Terrisc, que propone evaluar la capacidad de regulación hídrica y de prevención de riesgos ambientales de las marjades (bancales) de diferentes territorios de la Europa sudoccidental.
Los marges constituyen el elemento antrópico más característico del paisaje de la Serra de Tramuntana. Los espacios marjats ocupan unos 210 kilómetros cuadrados de este área de Tramuntana y algunos municipios como Sóller o Alaró tienen más de su superficie marjada.
La finalidad del proyecto es establecer y divulgar estrategias comunes de gestión y conservación de estos paisajes culturales, previendo su degradación, evitando su abandono y estimulando su recuperación.
El ámbito de estudio se ha centrado en España, Francia y Portugal, con un medio físico por la presencia de grandes espacios marjats, con un gran valor patrimonial y un elevado potencial de desarrollo del turismo cultural y sostenible, y sometidos a riesgos naturales potencialmente elevados. En Mallorca, la investigación en el marco del proyecto europeo Terrisc la ha llevado a cabo el Consell, concretamente el departamento de Medi Ambient i Natura, dirigido por Miquel Àngel Borràs.
Según el estudio, los marges guardan una fuerte carga simbólica e identitaria, pero, más allá de sus indudables valores estéticos o culturales, tienen un importante papel en la regulación del ciclo hidrológico y el control de la erosión. La técnica constructiva de los muros aumenta la capacidad de infiltración del agua de lluvia y reduce los procesos erosivos. Asimismo, el gran número de sistemas de drenaje asociados a los campos marjats ayudan decisivamente a mejorar su estabilidad.
El abandono de la práctica agrícola y los cambios de usos han incrementado el riesgo de incendio, y la falta de mantenimiento de los marges y sus estructuras anexas, relacionada con el elevado coste y la escasa rentabilidad de los cultivos, ha acelerado el proceso de degradación. Este proceso, condicionado también por factores litológicos y geomorfológicos, pone en peligro, a medio plazo, la conservación de este patrimonio.
La necesidad de emprender acciones para conservar este patrimonio es más relevante si se valora el esfuerzo económico que supondría su reposición en caso de pérdida.
Las particularidades constructivas en la funcionalidad de los sistemas de marjades necesitan un conocimiento preciso de las interrelaciones entre los elementos constructivos y las exigencias de gestión para asegurar su perdurabilidad en el tiempo.
Los bancales ocupan 210 kilómetros cuadrados de la Serra de Tramuntana
JOAN J.SERRAEl estudio «Marjades i Prevenció de Riscs Naturals a la Serra de Tramuntana» está enmarcado en el proyecto europeo Terrisc, que propone evaluar la capacidad de regulación hídrica y de prevención de riesgos ambientales de las marjades (bancales) de diferentes territorios de la Europa sudoccidental.
Los marges constituyen el elemento antrópico más característico del paisaje de la Serra de Tramuntana. Los espacios marjats ocupan unos 210 kilómetros cuadrados de este área de Tramuntana y algunos municipios como Sóller o Alaró tienen más de su superficie marjada.
La finalidad del proyecto es establecer y divulgar estrategias comunes de gestión y conservación de estos paisajes culturales, previendo su degradación, evitando su abandono y estimulando su recuperación.
El ámbito de estudio se ha centrado en España, Francia y Portugal, con un medio físico por la presencia de grandes espacios marjats, con un gran valor patrimonial y un elevado potencial de desarrollo del turismo cultural y sostenible, y sometidos a riesgos naturales potencialmente elevados. En Mallorca, la investigación en el marco del proyecto europeo Terrisc la ha llevado a cabo el Consell, concretamente el departamento de Medi Ambient i Natura, dirigido por Miquel Àngel Borràs.
Según el estudio, los marges guardan una fuerte carga simbólica e identitaria, pero, más allá de sus indudables valores estéticos o culturales, tienen un importante papel en la regulación del ciclo hidrológico y el control de la erosión. La técnica constructiva de los muros aumenta la capacidad de infiltración del agua de lluvia y reduce los procesos erosivos. Asimismo, el gran número de sistemas de drenaje asociados a los campos marjats ayudan decisivamente a mejorar su estabilidad.
El abandono de la práctica agrícola y los cambios de usos han incrementado el riesgo de incendio, y la falta de mantenimiento de los marges y sus estructuras anexas, relacionada con el elevado coste y la escasa rentabilidad de los cultivos, ha acelerado el proceso de degradación. Este proceso, condicionado también por factores litológicos y geomorfológicos, pone en peligro, a medio plazo, la conservación de este patrimonio.
La necesidad de emprender acciones para conservar este patrimonio es más relevante si se valora el esfuerzo económico que supondría su reposición en caso de pérdida.
Las particularidades constructivas en la funcionalidad de los sistemas de marjades necesitan un conocimiento preciso de las interrelaciones entre los elementos constructivos y las exigencias de gestión para asegurar su perdurabilidad en el tiempo.