Última Hora Digital 7-7-2007
F. MARÍ.Las dos arqueólogas que trabajan en los terrenos de Son Espases han encontrado un conjunto de ánforas que podrían pertenecer a una necrópolis funeraria. Las piezas, pertenecientes a la época romana, fueron localizadas una junto a otra y se encuentran bastante deterioradas al haber sido aplastadas.
El pasado día nueve de mayo, Francisca Torres y Marilena Tugores iniciaron las primeras catas y prospecciones en estos terrenos. Hasta ese momento, la unión temporal de empresas que lideraba Dragados, realizaba las obras sin ningún tipo de control arqueológico.
«Lo primero que hicimos fue un informe prelimiar sobre la zona en la que actuar y empezamos a trabajar por los elementos hidráulicos, en concreto por la Siquia d’en Baster y sus diferentes ramales», explica Estarellas.
Pese a ello, las arqueólogas no pudieron realizar ningún estudio previo y pormenorizado del terreno pues ya se habían comenzado las obras y «las máquinas habían levantado mucha tierra».
Hasta el momento, tras dos meses de control y trabajo arqueológico, las técnicas han realizado aproximadamente unas 250 catas de comprobación, entre las cuales han delimitado dos zonas como «peligrosas». Estas áreas han quedado cerradas en más de un perímetro de protección y en ellas continúan los trabajos arqueológicos.
Una de estas zonas ocupa una extensión considerable y es, precisamente en ella, donde se han localizado las ánforas. «Todavía no hemos excavado nada, por lo que no hemos podido comprobar con certeza si pertenecen a un espacio de tipo funerario. Hasta ahora, lo único que sabemos con seguridad es que pertenecen a la época romana», aclaró Estarellas.
La otra zona delimitada se corresponde con un espacio bastante más reducido en extensión en el que se han encontrado restos materiales «que apuntan a una construcción más antigua», aunque todavía se desconoce de que se trat
F. MARÍ.Las dos arqueólogas que trabajan en los terrenos de Son Espases han encontrado un conjunto de ánforas que podrían pertenecer a una necrópolis funeraria. Las piezas, pertenecientes a la época romana, fueron localizadas una junto a otra y se encuentran bastante deterioradas al haber sido aplastadas.
El pasado día nueve de mayo, Francisca Torres y Marilena Tugores iniciaron las primeras catas y prospecciones en estos terrenos. Hasta ese momento, la unión temporal de empresas que lideraba Dragados, realizaba las obras sin ningún tipo de control arqueológico.
«Lo primero que hicimos fue un informe prelimiar sobre la zona en la que actuar y empezamos a trabajar por los elementos hidráulicos, en concreto por la Siquia d’en Baster y sus diferentes ramales», explica Estarellas.
Pese a ello, las arqueólogas no pudieron realizar ningún estudio previo y pormenorizado del terreno pues ya se habían comenzado las obras y «las máquinas habían levantado mucha tierra».
Hasta el momento, tras dos meses de control y trabajo arqueológico, las técnicas han realizado aproximadamente unas 250 catas de comprobación, entre las cuales han delimitado dos zonas como «peligrosas». Estas áreas han quedado cerradas en más de un perímetro de protección y en ellas continúan los trabajos arqueológicos.
Una de estas zonas ocupa una extensión considerable y es, precisamente en ella, donde se han localizado las ánforas. «Todavía no hemos excavado nada, por lo que no hemos podido comprobar con certeza si pertenecen a un espacio de tipo funerario. Hasta ahora, lo único que sabemos con seguridad es que pertenecen a la época romana», aclaró Estarellas.
La otra zona delimitada se corresponde con un espacio bastante más reducido en extensión en el que se han encontrado restos materiales «que apuntan a una construcción más antigua», aunque todavía se desconoce de que se trat