01 de març 2010

La Sala



diariodemallorca.es 28-2-2010

El Ayuntamiento. Foto: D. Martínez

BARTOMEU BESTARD (*) La Sala. Con este nombre se conoce al edificio del Ayuntamiento de Palma. Su fachada-retablo principal preside, a modo de escenario teatral, la plaza de Cort. ¿Qué transeúnte, que llegando a este céntrico lugar por cualquiera de las calles que allí desembocan, no ha contemplado la bella fachada?
Los orígenes del edificio de Cort se remontan al siglo XIII y están relacionados con la creación de la Universitat de la Ciutat i Regne de Mallorca, institución que dirigían los jurados. Como sede se utilizó el hospital de Sant Andreu, el cual tradicionalmente se ha pensado que estaba ubicado en el lugar que ocupa hoy la biblioteca. A partir de este edificio se fueron adquiriendo edificios colindantes, llegando a ocupar un solar que tenía fachada en la plaza de Cort, en la calle Cadena y en la plaza de Santa Eulàlia. Con el paso de los años el edificio se tornó ruinoso, hasta tal punto que a finales del siglo XVI la Casa de la Universitat se encontraba apuntalada y en peligro de desmoronamiento. Para acometer las obras de la Sala, se desvió –previa autorización del Rey– parte del dinero destinado a la construcción de las murallas, que se utilizó para reforzar los muros de carga y otros arreglos de urgencia que muy pronto se sabrían insuficientes. Hacia 1649 se continuaron las obras de remodelación en el interior, y simultáneamente se decidió construir la fachada de Cort ex novo. Para dirigir las obras de ésta última se contrató a mestre Pere Antoni Bauçà. En cuanto al trabajo escultórico de la parte inferior de la fachada, éste fue encargado al prestigioso escultor Joan A. Homs. Él es el autor de los motivos ornamentales de tradición clasicista en su acepción manierista: estípites en las jambas de las puertas y de la tribuna central, motivos zoomórficos, fruteras, máscaras… Al observar el conjunto escultórico de esta parte inferior del frontis —que es la zona más ornamentada de la fachada— uno detecta el acusado peso de la tradición retablística barroca mallorquina, en la que Homs se había formado y conocía a la perfección. Es también en la planta baja dónde se encuentran los elementos más populares de Cort: el primero es un banco de piedra que ocupa la parte central de la fachada al cual se le conoce como es banc des vagos o es banc des sinofós; el segundo es la representación de un caracol y de un dragón entre la ornamentación, los cuales responden a "divertimentos" de los escultores, tradición que, como se puede atestiguar en otras construcciones de Palma, ya se daba en la Edad Media. El piso principal fue iniciado hacia 1667 de la mano de mestre Miquel Oliver y de Bartomeu Calafat. Habiendo fallecido Homs, para el trabajo escultórico de la planta principal se contrató al escultor Antoni Carbonell (autor del portal mayor de Santa Clara o de la logia del Consolat de Mar). En 1680 el frontispicio del edificio puede considerarse acabado, al rubricarse la obra del espectacular voladizo de madera. Éste fue realizado por el escultor Gabriel Torres y el carpintero Josep Vanrell. Su ornamentación (atlantes, máscaras, estípites…) mantiene el vínculo discursivo del resto de la fachada, lo que confiere a todo el conjunto un aspecto equilibrado y unitario. Cabe decir que el pequeño balcón del piso superior, en 1849 fue ocupado por la esfera del reloj al mismo tiempo que la multisecular campana d´en Figuera era colocada en la azotea del Ayuntamiento.
Se puede afirmar que las obras en la Sala se dieron a lo largo de los siglos de forma intermitente, siempre con esta sensación de provisionalidad —a excepción de la fachada de Cort—. Esta situación perduró hasta finales del siglo XIX, momento en que se decidió acometer una remodelación integral del Ayuntamiento, a partir del proyecto del arquitecto municipal, Manuel Chapulí. Éste proponía una remodelación radical, interviniendo incluso en la fachada histórica y en el artesonado de la entrada. Ello provocó aireadas protestas (1892), canalizadas principalmente a través de la Sociedad Arqueológica Luliana y la Comisión de Monumentos Históricos de Baleares, siendo Bartomeu Ferrà y Jose Mª Quadrado, sus respectivos portavoces. Por ejemplo, uno de los puntos conflictivos del proyecto de Chapulí era el que suprimía la tribuna central de la fachada de Cort para convertirla en puerta de acceso, a lo que Ferrà contestó a través del Boletín de la Arqueológica: "La tribuna de la Sala es para los palmesanos, no tan solamente un escenario, sino un altar en donde quieren ver expuestos en sus respectivas festividades los símbolos de su veneración y cariño" y continuaba diciendo "Es herencia de nuestros padres, nos pertenece y queremos traspasarla intacta á nuestros hijos". La presión ejercida por la SAL y la Comisión de Monumentos consiguió paralizar el proyecto en las zonas históricas. Pero por desgracia, en el mes de febrero de 1894 un fatídico incendio se inició en la planta baja destrozando el interior del Ayuntamiento y una parte importante de su mobiliario –cincuenta cuadros se quemaron–. Sólo la fachada y su alero se salvaron.
Este fatídico hecho explica que el interior del Ayuntamiento esté íntegramente construido a caballo de los últimos años del siglo XIX y los primeros del siguiente. Primero se arregló la planta principal: el salón de Plenos –del que ya hablamos en otra ocasión– los pasillos y recibidores, las salas de alcaldía... El conjunto de la planta baja –que fue el último sitio en dónde se actuó– responde a la autoría y a la concepción del arquitecto municipal Gaspar Bennàzar: la biblioteca, el zaguán –con su artesonado reconstruido, y la escalera de honor, inspirada en el Segundo Imperio francés.

* Cronista oficial de Palma.