diariodemallorca.es 29-3-2010
La intervención en las cubiertas comenzará en unos meses. Foto G. Bosch.
M. ELENA VALLÉS. PALMA. Intacta y casi sin reformar ha aguantado la Cartoixa de Valldemossa desde que en 1835 Mendizábal ordenara incautar los bienes de la iglesia. Ahora, en 2010, su deterioro avanza. El mal estado de conservación del segundo monumento más visitado de la isla, después de la Catedral, no casa con su importancia histórica. Ni siquiera en el Any Chopin ha habido intentos por restaurar la iglesia de los cartujos, pórtico y carta de presentación de la visita al resto del monasterio en que hibernó en 1838 el músico polaco junto a la escritora francesa George Sand.
Sin embargo, la recuperación de este edificio parece cada día más cerca. La diócesis de Mallorca, propietaria del templo –las celdas pertenecen a una sociedad civil formada por varios propietarios y el ayuntamiento del municipio–, está empecinada en poner fin a su deterioro con la rehabilitación de las cuatro fachadas y las cubiertas, así como la apertura del portal principal de la iglesia, inacabado y siempre cerrado a cal y canto. El empujón a la reforma –para la que la diócesis busca financiación– lo ha propiciado el fin del convenio que desde años establecía las ganancias que tanto el obispado como la sociedad civil se embolsaban por la explotación de la Cartoixa. En el nuevo acuerdo, se ha rubricado por un año la bajada en los beneficios de la diócesis por las visitas turísticas y un compromiso por parte de ésta a rehabilitar el edificio. Una vez realizadas las mejoras, la iglesia podrá volver a pactar una rentabilidad mayor de las entradas y amortizar la inversión.
Una simple ojeada es suficiente para diagnosticar que las fachadas de la iglesia están en un estado lamentable: agujeros, grietas, suciedad en la piedra. "Necesitan primero de todo una limpieza general, quitar las hierbas que crecen y rehacer las juntas del marés. Los paramentos se enlucirán con mortero de cal. Y se coserán las grietas. Igualmente se taparán los agujeros que hicieron en las fachadas con la colocación de un andamio anterior", indicó el aparejador diocesano Bartomeu Bennàssar. La fachada principal está inacabada, prosigue. Puede verse perfectamente la puerta principal marcada sobre la piedra. El frontón también se intuye, desnudo, sin ornamentación. La hendidura y la sombra de un enorme agujero en la parte superior son la huella de un antiguo reloj mecánico que desapareció. "Hay algunos dibujos en el último libro sobre la Cartoixa de la historiadora Concepció Bauzá de Mirabó en los que sí se ve cómo podría ser este portal", informa el rector del pueblo, Ricardo Ramos. La diócesis podría terminarlo, sin embargo la prioridad es la rehabilitación de los frontispicios del templo.
Sobre las fachadas, el obispado cuenta con un proyecto de rehabilitación que preparó y fue aprobado por la comisión de Patrimonio en 1997. Sin embargo, sólo pudo llevarse a cabo la restauración del campanario. "Ahora tenemos que actualizar lo que planteamos hace trece años. Las obras podrían ascender ahora a aproximadamente 1,5 millones de euros", calcula Bennàssar.
En el paquete de mejoras, también está previsto eliminar el porche que cubre la entrada lateral de la iglesia, por donde acceden los turistas al monasterio. Y terminar el ojo de buey que hay sobre una de las fachadas y abrir las ventanas superiores de uno de los flancos del edificio.
Ramos comenta que la Cartoixa no pudo terminarse por la Desamortización. "A los cartujos no les dio tiempo acabar con el portal principal y tampoco edificar esta zona de la plaza, que también eran unos terrenos que les pertenecían. Así que la Cartoixa está inacabada. Faltará media por hacer", reseña.
El interior de la iglesia, de un gran interés por los frescos del techo pintados por Fray Manuel Bayeu, cuñado de Francisco de Goya, no tiene hueco que no precise una intervención. La pintura de los murales se desprende, el suelo está destrozado, con significativos desniveles. Y la sacristía está llena de grietas. El Taller de Restauració del obispado prevé recuperar en breve un pequeño Cristo de Adrià Ferrà.
Uno de los problemas acuciantes de la iglesia es la humedad. Y su solución está próxima: la intervención en las cubiertas empezará en unos meses, "cuando tengamos el permiso, que ya hemos tramitado", dice Bennàssar. Esta rehabilitación asciende a 400.000 euros, sufragados en parte por la conselleria de Vivienda y Obras Públicas.
El párroco Ramos cree que aún se le puede sacar más provecho a la iglesia del siglo XVIII: propone ampliar el recorrido de la visita a la Cartoixa, que actualmente cuesta 8,5 euros, ofreciendo la posibilidad al visitante de ascender hasta el campanario del templo, que desde la carretera muestra un aspecto particular con su embaldosado en verde. Una subida (80 escalones) a la atalaya de Valldemossa, con vistas únicas a la Serra y al Port.