Han pasado ya más de los cien días de cortesía y desde Patrimoni apenas salen a la luz medidas eficaces; su máximo responsable remite al Pla de Gestió, que se presentará en noviembre
Imágen:Biel Cerdà lleva años en política y también es regidor de Cultura en Pollença.
"Hemos huido de la gran literatura del farem para concretar", asegura. Sin embargo, pasados más de los cien días de cortesía, son escasas las concreciones.LOURDES DURÁN. PALMA. Pese a estar bregado en "vida política", Gabriel Cerdà asume su dirección al frente de Patrimoni del Consell de Mallorca con el aplomo que reclama una cartera cargada de piedras. A caballo entre un equipo predecesor liderado por Unió Mallorquina y rescatando cierta herencia de los cuatro años del gobierno del Pacte de Progrès que dejó en manos del PSM la responsabilidad, a este pollencí no se le pillará por un verbo lleno de promesas.
-¿Qué prioridades situaría en un departamento tan complejo y a la vez desconocido?
-Precisamente acabar con ese desconocimiento. Lo más importante es dar a conocer la riqueza patrimonial de Mallorca con todos los medios a nuestro alcance. Por ejemplo, queremos actualizar la página web y que salgan los Bienes de Interés Cultural para que sirvan de herramienta de trabajo. Otro punto es la digitalización de la Carta Arqueológica en la que mostrar las distintas campañas arqueológicas que se están llevando a cabo y colgar en la web las memorias que surjan de cada una de ellas. Vamos a relanzar la revista de difusión que pasará de ser anual a semestral. En fin, de una manera más detallada, lo presentaremos en el Pla de Gestió el próximo mes de noviembre.
-Ha señalado antes que van a pasar a concretar. ¿Podría empezar por el Pla de Castells que cumple ya su décimo aniversario sin haber llegado a ningún puerto?
-De hecho está invalidado porque no se ha hecho nada. Creo que necesita una actualización (pero no quiero dar fechas) porque la diagnosis de 1997 se ha agravado en algunos casos.
-Como Santueri y el castell de Alaró.
-Sí, y se han de aplicar medidas urgentes. La metodología a aplicar es vigente, sólo hay que matizar los informes técnicos que se están llevando a cabo ahora en Alaró y corregir el último que fue en abril. Desde entonces se ha perdido alguna piedra en la bóveda de la primera entrada.
-El anterior equipo, con Joan Cerdà como conseller, señaló que no se descartaba la expropiación de la finca si el propietario del castell se negaba a colaborar. ¿Cuál es su postura?
-Preferimos no entrar en estos términos. Si se firma un convenio con la propiedad, el Ayuntamiento y la Associació de Voluntaris del Castell entendemos que ha de ser de larga duración y sus actuaciones encaminadas a la consolidación, excavación y régimen de visitas, incluso que se acceda al castillo pagando una entrada. Una de las grandes carencias es no sacarle provecho a nuestro patrimonio. A finales de octubre se presentará un borrador a discutir entre todos. Con el propietario de Santueri ha habido un primer contacto.
-El Consell se comprometió a dar una solución.¿Qué ha ocurrido?
-Hemos encontrado mucho papel mojado en este departamento, pero en el próximo Pla de Gestión ya diremos cuáles son nuestras líneas de actuación. Espero que al trasladarnos a La Misericòrdia haya una mejor coordinación entre todos. Creo que al departamento de Patrimoni falta reconocerle la importancia que tiene.
-¿Qué piensan hacer para lograr la asunción o comprensión de la importancia de su departamento?
-Por ejemplo, en la isla hay muchos yacimientos de primera división y son poco conocidos. Se podrían establecer rutas de turismo por ellas, que fueran alternativos al turismo de sol y playa.
-Ya, turismo cultural, pero ¿no cree que son otras las prioridades, como la aplicación de la ley de museos en los distintos municipios de la isla?
-El plazo para presentar sus inventarios caduca a finales de diciembre. Sé que desde Urbanisme les están echando una mano. Y también para ayudar a los ayuntamientos y particulares a que llevan a cabo las restauraciones. Acabamos de redactar un pequeño borrador para presentarlo al obispado y consensuar la declaración de BIC con la iglesia. Se trata de racionalizar los criterios de ambas partes para alcanzar un acuerdo y crear una comisión mixta con la diócesis.