diariodemallorca.es 31-10-2007
Imagen virtual de sa Riera cubierta.
JOAN RIERA Hubo una vez en Palma, hace 20 años, una empresa llamada Eurotrasa que quiso cubrir la Riera a su paso por Palma. Esa compañía desconocía, probablemente, la historia de la ciudad.
Aquella en la que el torrente era la separación entre las tres ciudades en una que constituían la Madina Mayurca. Aquella escrita en la muerte que sembraban las riadas periódicas. Aquella de la gesta técnica de su traslado extramuros de la ciudad.Lo sorprendente no es que una empresa pensara que sería un buen negocio convertir la mayor parte del cauce en un aparcamiento.
Lo realmente insólito es que los representantes municipales del PP, del CDS y de UM, que constituían la mayoría municipal frente a un alcalde Ramon Aguiló en minoría, la respaldaran. Eurotrasa, en colaboración con la entonces Alianza Popular, proponía cubrir el cauce de sa Riera entre la plaza Porta de Santa Catalina y el velódromo de Tirador, El nivel inferior quedaba reservado para el cauce que debía canalizar las aguas, eso sí, sin tener en cuenta que, aunque sea una vez cada siglo, las grandes avenidas son impredecibles. Los dos pisos siguientes se destinaban a 1.300 plazas de estacionamiento.En la parte superior se situaba el espacio de uso público que, como siempre ocurre en los planos, se distinguía por la abundancia de vegetación. Entre la Porta de Santa Catalina y Jaume III se construía un cobertizo para exposiciones y mercadillos; entre el puente y las avenidas se planeaba un bulevar destinado al paseo; en las inmediaciones de Ruiz de Alda se levantaba un kiosko de música; en el tramo final, entre las avenidas y Tirador, se anunciaba la construcción de un anfiteatro descubierto para actuaciones musicales.
La disputa política fue dura. El rechazo de Ramon Aguiló era contestado desde la oposición con resoluciones favorables que eran aprobadas en pleno. En 1991, el PP ganó las elecciones y Joan Fageda, el gran defensor de cubrir sa Riera, se convirtió en alcalde de Palma. En agosto de este mismo año se anunció un concurso internacional para decidir el futuro. Unos meses después el asunto, como tantos otros que han levantado ríos de tinta, quedó en el olvido.
¿Sería mejor Palma con sa Riera cubierta? No, se hubiera actuado contra la historia de la ciudad.