La asociación de vecinos recoge firmas para reivindicar el uso público de los pasos de Can Mallol y Son Berga
La entrada del camí de Son Berga impide el paso a los vecinos. Foto: A. VV Establiments
FAUSTINO?HORRACH "Los caminos rurales son una parte fundamental del patrimonio cultural, etnológico y paisajístico de Establiments". Así empieza el escrito que ha comenzado a difundir la asociación de vecinos de la barriada con la intención de recoger firmas para reivindicar los pasos que tradicionalmente han utilizado para desplazarse y que actualmente están en peligro de convertirse en propiedades privadas. Esta lucha, a la que ya se han sumado más de 200 residentes en una sola semana, la simbolizan los caminos de Can Mallol y Son Berga, de los que hace ya un año se denunció su cierre al público (del último prácticamente de forma definitiva).
La entidad asegura que desde hace generaciones los residentes utilizaban estos pasos para desplazarse por motivos de trabajo y ocio, ya que comunican el pueblo con Son Espanyol y la UIB, pero que, en cualquier caso, "la relación entre los caminos y la gente se remonta a muchos años atrás". Tal como explicaba el portavoz de la asociación, Paco Vera, actualmente el camino de Son Mallol es el que "más preocupación" levanta entre los vecinos, pues la posesión ha sido adquirida para convertirla en una explotación agrícola y han instalado una verja eléctrica para el ganado "con el peligro que supone para los viandantes". Actualmente el paso no está totalmente restringido, pero aseguran que está previsto cerrarlo completamente.
"Queremos llegar a un acuerdo", aclaraba Vera, quien informó de las dos vías de acción de la entidad, que también se pondrá en contacto con los propietarios para tratar de consensuar una solución que pueda beneficiar a todos, como modificar parte del trazado para mantener los accesos junto a la explotación empresarial de los terrenos. "Recogemos firmas porque hemos de posicionarnos, no queremos que pase como en el camí de Son Berga", explicaba en relación al precedente de este otro camino, que fue vallado "de la noche a la mañana" y que tan solo pueden utilizar cuando la verja no está cerrada y a disgusto de los residentes que allí viven.
La asociación denunció hace un año al ayuntamiento de Palma este intento de privatizar este trozo de paisaje, que desde "tiempo inmemorial " ha comunicado el pueblo con las zonas próximas, para solicitar ayuda a la administración para que se retiren los obstáculos que impiden el tráfico de personas y vehículos. Los vecinos expusieron además que en la finca de Can Mallol se hicieron obras a pesar de tener la cualificación de Área Natural de Especial Interés y estar protegida por el Plan Territorial de Mallorca.
Frente al caso concreto de Son Berga –y por extensión, una medida que podría ayudar a regular el resto de caminos afectados por esta fiebre privatizadora– la entidad ya ha entrado en contacto con la regidora de Cultura y Patrimonio, Nanda Ramon, quien visitó hace meses las fincas. El departamento y los vecinos tratan de documentar su actual situación en el catastro y buscar planos históricos que demuestren el interés general y cultural que tienen estos pasos para los residente del pueblo.
La entrada del camí de Son Berga impide el paso a los vecinos. Foto: A. VV Establiments
FAUSTINO?HORRACH "Los caminos rurales son una parte fundamental del patrimonio cultural, etnológico y paisajístico de Establiments". Así empieza el escrito que ha comenzado a difundir la asociación de vecinos de la barriada con la intención de recoger firmas para reivindicar los pasos que tradicionalmente han utilizado para desplazarse y que actualmente están en peligro de convertirse en propiedades privadas. Esta lucha, a la que ya se han sumado más de 200 residentes en una sola semana, la simbolizan los caminos de Can Mallol y Son Berga, de los que hace ya un año se denunció su cierre al público (del último prácticamente de forma definitiva).
La entidad asegura que desde hace generaciones los residentes utilizaban estos pasos para desplazarse por motivos de trabajo y ocio, ya que comunican el pueblo con Son Espanyol y la UIB, pero que, en cualquier caso, "la relación entre los caminos y la gente se remonta a muchos años atrás". Tal como explicaba el portavoz de la asociación, Paco Vera, actualmente el camino de Son Mallol es el que "más preocupación" levanta entre los vecinos, pues la posesión ha sido adquirida para convertirla en una explotación agrícola y han instalado una verja eléctrica para el ganado "con el peligro que supone para los viandantes". Actualmente el paso no está totalmente restringido, pero aseguran que está previsto cerrarlo completamente.
"Queremos llegar a un acuerdo", aclaraba Vera, quien informó de las dos vías de acción de la entidad, que también se pondrá en contacto con los propietarios para tratar de consensuar una solución que pueda beneficiar a todos, como modificar parte del trazado para mantener los accesos junto a la explotación empresarial de los terrenos. "Recogemos firmas porque hemos de posicionarnos, no queremos que pase como en el camí de Son Berga", explicaba en relación al precedente de este otro camino, que fue vallado "de la noche a la mañana" y que tan solo pueden utilizar cuando la verja no está cerrada y a disgusto de los residentes que allí viven.
La asociación denunció hace un año al ayuntamiento de Palma este intento de privatizar este trozo de paisaje, que desde "tiempo inmemorial " ha comunicado el pueblo con las zonas próximas, para solicitar ayuda a la administración para que se retiren los obstáculos que impiden el tráfico de personas y vehículos. Los vecinos expusieron además que en la finca de Can Mallol se hicieron obras a pesar de tener la cualificación de Área Natural de Especial Interés y estar protegida por el Plan Territorial de Mallorca.
Frente al caso concreto de Son Berga –y por extensión, una medida que podría ayudar a regular el resto de caminos afectados por esta fiebre privatizadora– la entidad ya ha entrado en contacto con la regidora de Cultura y Patrimonio, Nanda Ramon, quien visitó hace meses las fincas. El departamento y los vecinos tratan de documentar su actual situación en el catastro y buscar planos históricos que demuestren el interés general y cultural que tienen estos pasos para los residente del pueblo.