JOAN MORA. SÓLLER. El casal de Can Prunera ha retornado a un siglo atrás. La retirada de los andamios ha permitido dar por terminadas las obras de restauración de su fachada principal después de meses de trabajo en los que unos operarios han procedido a limpiar la piedra y todos los elementos arquitectónicos de las impurezas que se habían depositado mediante unos chorros de arena a presión.
La fachada presenta ahora un color más azulado, el mismo que tenía cuando el edificio fue construido.
La limpieza de la fachada se enmarca en las obras de restauración del edificio que en el mes de agosto abrirá sus puertas como museo de arte y arquitectura modernistas. El edificio es propiedad del Ferrocarril de Sóller aunque su gestión recae en la fundación Tren de l´Art.
Hierro forjado
Además de recuperar los elementos arquitectónicos que caracterizan la fachada principal del edificio, de marcado estilo modernista, durante estos trabajos se han renovado las barandillas y elementos de hierro forjado del balcón, las ventanas y tejado mediante un tratamiento de pintura.
Además se han sustituido todas las persianas que dan a la calle por otras de nueva factura que imitan a las antiguas que presentaban un avanzado estado de deterioro.
La restauración de la casa sigue su curso y actualmente se están ultimando los trabajos de yesería, estucados y pintura de las habitaciones. Los trabajos que todavía han de concluir son el de construcción del edificio anejo al futuro museo que acogerá las oficinas y los servicios.
El casal de Can Prunera, emplñazado en el casco urbano de Sóller, fue construido entre 1909 y 1911. Su reforma ha contado con un presupuesto de 750.000 euros, cofinanciados por el Govern y la Unión Europea.
Una vez abierto al público, a partir de la festividad de Sant Joan, el 23 de junio, el sótano acogerá una sala de exposiciones temporales. La planta baja y el primer piso se conservarán según su estado original, mientras que el porche del edificio acogerá una exposición permanente de artistas de principios del siglo XX.
La fachada presenta ahora un color más azulado, el mismo que tenía cuando el edificio fue construido.
La limpieza de la fachada se enmarca en las obras de restauración del edificio que en el mes de agosto abrirá sus puertas como museo de arte y arquitectura modernistas. El edificio es propiedad del Ferrocarril de Sóller aunque su gestión recae en la fundación Tren de l´Art.
Hierro forjado
Además de recuperar los elementos arquitectónicos que caracterizan la fachada principal del edificio, de marcado estilo modernista, durante estos trabajos se han renovado las barandillas y elementos de hierro forjado del balcón, las ventanas y tejado mediante un tratamiento de pintura.
Además se han sustituido todas las persianas que dan a la calle por otras de nueva factura que imitan a las antiguas que presentaban un avanzado estado de deterioro.
La restauración de la casa sigue su curso y actualmente se están ultimando los trabajos de yesería, estucados y pintura de las habitaciones. Los trabajos que todavía han de concluir son el de construcción del edificio anejo al futuro museo que acogerá las oficinas y los servicios.
El casal de Can Prunera, emplñazado en el casco urbano de Sóller, fue construido entre 1909 y 1911. Su reforma ha contado con un presupuesto de 750.000 euros, cofinanciados por el Govern y la Unión Europea.
Una vez abierto al público, a partir de la festividad de Sant Joan, el 23 de junio, el sótano acogerá una sala de exposiciones temporales. La planta baja y el primer piso se conservarán según su estado original, mientras que el porche del edificio acogerá una exposición permanente de artistas de principios del siglo XX.