02 d’agost 2010

Sineu: Una joya del barroco mallorquín

diariodemallorca.es 2-8-2010

Dos historiadores publican las peculiaridades arquitectónicas del Convent de Mínims, actual sede del Ayuntamiento

JOAN FRAU. SINEU. Uno de los monumentos más importantes de Sineu es el Convent de Mínims, una joya del barroco mallorquín que ha perdurado hasta nuestros días a pesar de que, desde 1667 –año de la fundación de los Mínimos de Sineu– hasta la actualidad, el edificio ha tenido diversas funciones que han puesto a prueba la adaptabilidad del conjunto monumental. Desde el año 1877 el antiguo edificio conventual, cuyo origen es una posada particular, es la sede del Ayuntamiento, que este año ha llevado a cabo diversas reformas gracias a los fondos del Plan E.
Los historiadores Marià Carbonell y Bartomeu Martínez, integrantes del grupo de Arte del Renacimiento y del Barroco de la Universitat Autònoma de Barcelona, han recogido en una publicación encargada por el Ayuntamiento la historia y peculiaridades arquitectónicas y artísticas del conjunto, declarado como Bien de Interés Cultural e integrado por el convento y la anexa iglesia de Sant Francesc.

Los orígenes del convento

Una de las figuras históricas más importantes para que el edificio conventual fuese una realidad fue doña Margalida Font de Roqueta, que donó a la comunidad de los mínimos la posada de la possessió de Roqueta para la construcción del convento, obra que se prolongó durante años hasta mediados del siglo XVIII, al igual que las obras de la iglesia, que se alargaron hasta finales de ese siglo.
Otro personaje fundamental es el obispo Miquel Estela, benefactor de la comunidad de frailes hasta el día de su muerte, y cuyo escudo representado por una estrella y el símbolo de una mitra de obispo se alternan en los capiteles de la columnata del claustro del convento, de planta irregular para adaptarse al solar preexistente y a la alineación de las calles, aunque el aspecto que ofrece es de "armonía y equilibrio", según los autores de la publicación.
Según Bartomeu Martínez, coautor del libro, el convento de los Mínims de Sineu "es un conjunto barroco muy importante a nivel de Mallorca", con unas características muy parecidas a las del convento de las Caputxines de Palma, con el que comparte una "arquitectura austera y sobria" que "recoge todos los elementos del estilo barroco en el continente europeo".
La vecina iglesia de Sant Francesc también conserva elementos artísticos interesantes que sobrevivieron a la desamortización de Mendizábal. Entre ellos, Martínez cita la talla de la Virgen de la Soledad y el retablo de Sant Francesc de Paula, obras que "permanecen como testimonio del siglo XVII".
El coautor también subraya la importancia histórica que posee la traza arquitectónica del retablo mayor de la iglesia, obra de Josep Folch i Costa, escultor y arquitecto catalán que trabajó para la corte del Rey Fernando VII. Otra de sus obras el sepulcro del Marqués de la Romana situado en la Seu de Mallorca.
El convento de Mínimos es hoy la sede del ayuntamiento de Sineu. Martínez considera que, a pesar de los continuos usos (oficinas judiciales y sede de la Guardia Civil, entre otros) que se ha dado al edificio desde que la desamortización acabó con la vida monacal y dispersó muchos elementos del tesoro litúrgico, "el conjunto arquitectónico se ha respetado muchísimo". Hoy en día todavía son visibles las huellas de los Mínimos, como las antiguas celdas reconvertidas en las distintas dependencias municipales.