14 d’agost 2010

Bellver ultima su nueva puerta al castillo


diariodemallorca.es 14-8-2010

Tras un año de obras el liviano edificio diseñado por Ángel Hevia y Gabriel Golomb encara su última fase


MIGUEL VICENS. PALMA. Es una filigrana. Una puerta del siglo XXI para la fortificación medival por antonomasia de Mallorca, para el monumento más visitado de la isla. Después de un año de trabajos, el futuro Centro de Recepción de Visitantes de Bellver encara su última fase. El nuevo edificio, una liviana construcción en planta levantada sobre pilotes, ha sido diseñado por los arquitectos Ángel Hevia y Gabriel Golomb y ocupa, con una altura máxima de 3,15 metros, una superficie de 175 metros cuadrados situada en un extremo del aparcamiento, un espacio con vistas al bosque y anexo al acceso en desuso que diseñó Elías Torres.
La nueva infraestructura tiene un presupuesto de 980.000 euros y su ejecución lleva un mes de retraso, ya que, después de doce meses de obras, se preveía que se pudiera inaugurar en julio o agosto. Pero no se ha llegado a tiempo. La estructura ya está completamente levantada sobre los cimientos antes descritos, pero todavía falta todo el recubrimiento de los diferentes módulos y el equipamiento de cada uno de ellos para poner el centro en funcionamiento.
Se trata de una construcción de extrama sencillez cuyos cuatro módulos se adaptan a la topografía del terreno y los pinos de gran tamaño existentes, un conjunto que utilizará en su tratamiento exterior la madera de bambú para conseguir una mayor ligazón con el entorno natural.
Los módulos que formarán el centro de recepción de visitantes albergarán la oficina de información del castillo, el servicio de venta de entradas, los aseos, una tienda souvenir, una pasarela de acceso al castillo y una cafetería con vistas al bosque de Bellver. Sobre la estructura metálica, el bambú es el principal material utilizado en las diferentes piezas que conformarán el centro, sobre todo en la tarima exterior, que servirá para comunicar los diferentes espacios; en la pérgola que cubre esta tarima y en las paredes, el suelo y los muebles del kiosko de venta.
El objetivo del edificio es que ordene las visitas que llegan a la fortificación –una media de 300.000 anuales–, que ofrezca los servicios mínimos que el castillo no puede prestar en sus dependencias y que ponga a disposición del ciudadano o turista toda una serie de datos imprescindibles, no sólo del edificio y su historia, sino también del entorno, de las cuevas y del gran pulmón verde de la ciudad.
De este modo, el primer módulo tendrá la taquilla y el centro de información sobre actividades municipales. La idea es que los numerosos visitantes que llegan hasta el castillo puedan conocer también el resto de propuestas culturales que ofrece la ciudad. En el módulo más grande, el segundo, se construirán los servicios, abiertos no sólo a los visitantes, sino también a los usuarios del bosque de Bellver. En el tercero se instalará la cafetería, que conectará con una terraza abierta. Y el cuarto se transformará en la tienda de souvenirs de la fortificación medieval, que conectará con el acceso que creó Elías Torres y funcionará como salida. Entre los diferentes módulos de la construcción, que va ligada a una reforma completa del aparcamiento que se ejecutará más adelante, se creará un jardín de especies autóctonas como las que se pueden encontrar en el bosque.