03 de febrer 2010

El monumento de la discordia

diariodemallorca.es 3-2-2010
Comienzan las obras de reforma del monolito erigido al Crucero ´Baleares´

Muchos vecinos defienden la reforma del hito frente a nostálgicos que critican la retirada del escudo de lo alto

LORENZO MARINA. PALMA. División de opiniones en torno al reciclaje del monolito a las víctimas del crucero Baleares en Sa Feixina Mientras unos suspiraban aliviados al contemplar que seguiría en pie, otros no ocultaban su indignación por retirar el escudo franquista y la leyenda originaria. Otra corriente respaldaba ayer sin ambages la decisión del Consistorio de sustituir la leyenda por otra en la que se arremetiera contra la dictadura y las guerras.
Entre todas las personas que se acercaron ayer a Sa Feixina, pocas podían mostrar abiertamente una satisfacción similar a Marisé Fernández. La presidenta de la asociación de vecinos Sant Jaume y portavoz de la plataforma en defensa del casco histórico sentía que sus plegarias habían sido escuchadas.
"Estoy muy contenta y muy agradecida a la alcaldesa Aina Calvo y a la concejala de Cultura Nanda Ramon", subrayó. No obstante, Marisé Fernández hizo algunas matizaciones dentro de su euforia contenida. "Era más partidaria de añadir que de quitar".
La presidenta de la asociación de vecinos Sant Jaume sentía ayer que los esfuerzos de los últimos meses no habían sido en vano. Muy especialmente las 3.400 firmas recogidas y entregadas en el Ayuntamiento.
En las antípodas se encontraba el ex flecha Naval Juan Amengual. Contemplaba ayer con estupor cómo los operarios componían el andamiaje para reconvertir el monolito. "¡Es una vergüenza que acaben así 40 años de historia!", exclamó. Sus reivindicaciones las trasladó al ámbito de la crisis. "¡Que se preocupen por crear empleo!", sentenció.
El secretario de Arca, Joan Pascual, también se acercó ayer a contemplar in situ las obras de reacondicionamiento. Pascual esbozó una sonrisa al constatar que sus peticiones habían sido escuchadas: el monumento seguía en pie con connotaciones democráticas. "Es un hito muy conocido por todos y forma parte de nuestra vida. Basta con limar las aristas desagradables", proclamó. Pascual se congratuló de que los representantes del PP no se hubieran opuesto expresamente a la reforma del monolito.
"¡Ya era hora!", exclamó aliviado Enrique Moya en cuanto vio que se iban a retirar símbolos franquistas del monolito. "En Europa, en Alemania, retiraron los símbolos nazis cuando acabó la guerra. No entiendo por qué aquí los hemos mantenido tanto tiempo", insistió mientras paseaba a su perra.
El historiador Victoriano Cubí también acertó a pasar ayer frente al monumento a las víctimas del crucero Baleares. Cubí se cuestionó si merecía la pena alterar el monumento original. "Está por ver si el Viva España que figura abajo es fascista o no. Creo que no ofende ni ensalza nada", recalcó.
Este veterano historiador estableció un paralelismo con otros casos en Palma. A su juicio, el monolito a las víctimas del crucero Baleares estaba más arraigado que otras calles que se mantienen. "Podríamos estar así toda la vida, quitando y poniendo en función de los gustos. A mí la calle Gelabert de Centelles me ofende, porque era una persona que mató al rey. Alfonso el Magnànim apenas estuvo tres días en Mallorca. Fue especialmente cruel con sus enemigos. En cambio, al rey Jaume II, que fue uno de los más importantes de toda la historia de Mallorca se le dedica una calle bien pequeña".