diariodemallorca.es 4-4-2010
El municipio recuperará y habilitará para visitas una docena de bienes arqueológicos y etnográficos de los caminos interiores
La torre defensiva de cala figuera se desmorona. Es propiedad privada, pero el consistorio calvianer y el Consell trabajan un convenio con el dueño del fortín para restaurar y abrir al público esta atalaya del siglo XVI. Foto: M. Calvo
M. ELENA VALLÉS. PALMA. Calvià suma actualmente 460 elementos catalogados y está a la espera de poder aumentar esta nómina en 610. Sin embargo, muchos de estos bienes han caído en el ostracismo, situación que busca subsanar el ayuntamiento del municipio, que acaba de poner en marcha un proyecto trianual con el fin de recuperar y habilitar para las visitas varios yacimientos arqueológicos y otros elementos etnográficos con el fin de crear un museo ´en vivo´ y en red. Las actuaciones se centrarán en una docena de bienes, entre los que destacan la villa romana de Sa Mesquida, la naveta Alemany o la torre defensiva de Cala Figuera.
Para este 2010, el equipo de técnicos formado por Manuel Calvo, profesor de Prehistoria de la Universitat de les Illes Balears, y Toni Aguareles, técnico de Medio Ambiente –el proyecto es interdisciplinar–, contará con un presupuesto de 500.000 euros para comenzar a trabajar en varios caminos interiores, a los que se puede acceder desde el paseo peatonal que atraviesa todo el municipio. La red de vías girará en torno a dos ejes: uno de ellos se centrará en recuperar el Torrent de Santa Ponça para comunicar la finca pública de Galatzó con el parque arqueológico de Puig de Sa Morisca: dos puntos geográficos en los que el municipio proyecta a largo plazo la apertura de un museo etnológico y arqueológico respectivamente. El segundo eje unirá Peguera con Es Capdellà.
Uno de los valiosos espacios que será recuperado es el yacimiento de Sa Mesquida, en Santa Ponça. El arqueólogo Miquel Àngel Cau, de la Universitat de Barcelona y director de las excavaciones de Pollentia, comenzará a finales de abril la restauración de la única villa romana excavada en Mallorca. "Este elemento es privado, pertenece a una empresa de supermercados, pero hemos firmado un convenio con ellos para que cedan el espacio para la visita y a cambio nosotros lo adecuamos", apunta el arqueólogo Manuel Calvo. En el yacimiento, en estos momentos en estado de abandono y actualmente adosado al parking de un centro comercial, se distinguen una pica para los tintes, un horno y dos patios romanos.
Cerca, en el Puig de Sa Morisca, visitado cada año por 13.500 turistas, los trabajos de excavación proseguirán. Por lo pronto, ya se ha dispuesto un mirador y nueva señalización.
Cerca del polígono de la localidad, una brigada municipal trabaja en un aljibe de finales del siglo XIX en la urbanización Galatzó. "Se adecuará para que pueda verse bien toda la ingeniería del agua que utilizaban. Este elemento es de un gran valor etnográfico", aclara el técnico Toni Aguareles. A varios metros, se encuentra el molino de Santa Ponça, que se recuperará: en los bajos se habilitará una oficina de información patrimonial, una muestra, inciden Calvo y Aguareles, de que "la gestión del turismo tiene que ir unida a la cultura".
Un elemento que queda a la vista en la carretera de Cala Vinyas y que presenta fácil acceso es la naveta Alemany, ahora enterrada bajo una espesa vegetación y degradada por diversos accidentes de tráfico. "De los monumentos conocidos, es el más antiguo de Calvià. Tiene 3.700 años. Comenzaremos a arreglarla después de Pascua. Estará lista a finales de junio", calculó Calvo.
A través del Consell de Mallorca, el equipo interdisciplinar espera también actuar en la torre de defensa de Cala Figuera, construida entre 1579 y 1582, en muy mal estado y desmoronándose. "Está a punto de caerse. Se está en conversaciones con los propietarios. El ayuntamiento se encargaría de habilitar el camino. Y la institución insular, de la restauración", detallan los técnicos.
El listado de elementos a recuperar no termina: las cuevas de Portals Vells también están contempladas en el proyecto. En esta ocasión, la intervención está prevista para finales de este año y se centraría en poner en valor las hasta ahora desconocidas canteras de arenisca. Así las cosas, se recuperaría una de las muestras más significativas de religiosidad popular en la edad moderna. La tafona de la finca Galatzó también se va a rehabilitar merced a un convenio con el Consell. Y se actuará en el conjunto arqueológico de Ses Sínies, de la Edad de Bronce, con una habitación naviforme de grandes dimensiones y toda una serie de estructuras arquitectónicas.
La última parte del proyecto se centrará en la difusión por distintas vías del patrimonio calvianer.
04 d’abril 2010
Calvià, un museo ´en vivo´
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