En el interior del templo se han encontrado una veintena de piezas de metal, una decena de pasta vítrea y nueve ánforas
Cristina Rihuete explicó ayer el hallazgo fortuito del templo religioso y su trascendencia. Foto: Guillem Bosch
M. ELENA VALLÉS. PALMA. Una prevista y augurada excavación modesta en el yacimiento de Son Fornés (Montuïri), centrada en la búsqueda bajo tierra de una segunda línea de viviendas prehistóricas, ha terminado erigiéndose en el descubrimiento singular de un santuario de época romana, datado en el siglo II a.C.
Este edificio ciclópeo de planta de herradura, amén de lugar de culto, servía, según explica la codirectora de la campaña Cristina Rihuete, "como lugar de almacenaje y distribución de la producción llevada a cabo en los pequeños obradores del poblado, donde se fabricaban mercancías de distinta índole". El santuario, construido a partir del uso de mortero de cal, está emplazado en lo que sería la plaza pública, el centro neurálgico del poblado. "Si uno se fija bien -relata Rihuete- se da cuenta de que hay un camino, una vía sacra, que une este templo religioso con el resto de talleres del asentamiento, ya excavados en distintas campañas de los años 70". Urbanísticamente, este hallazgo supone un descubrimiento de elevado interés científico, pues en el siglo II a.C., antes de la llegada de Cecilio Metelo a la isla, se puede observar ya meridianamente cómo el sistema de poblados independientes era ya una práctica que se estaba fraguando en la isla. En este sentido, "en los siglos II y I a.C., Son Fornés era un área espectacular de la isla en cuanto a poder económico y religioso", abunda Rihuete.
En el interior del santuario se han rescatado también una veintena de piezas de metal (entre ellas monedas de intercambio), una decena de pasta vítrea y nueve ánforas (una de ellas se ha extraído prácticamente completa), que servían como recipientes de almacenamiento. En los meses próximos, se analizarán los restos orgánicos que están impregnados a la cerámica con el fin de conocer la naturaleza de las mercancías depositadas.
Al templo se accedía por el flanco izquierdo, a través de una rampa. En los costados, había instalados dos bancos de piedra forrados de cemento. El de la izquierda era el más importante, pues servía como lugar de reunión ("era probablemente donde se hacían las transacciones"). Es en esta zona donde se han encontrado cuchillos y monedas de intercambio. En el fondo, junto a un altar donde se debían depositar las figuras de adoración, había una cubeta de argila en la que previsiblemente se vertía grasa animal para mantener la lumbre. En el centro, todavía se conserva la base de una columna, cuyo fuste era un tronco que tenía como función soportar el tejado.
El equipo coordinador de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) encargado de la campaña elaborará un proyecto de restauración del santuario con el fin de solicitar al Consell en octubre su urgente rehabilitación.
El mes de septiembre, este grupo de científicos formado por Vicente Lull, Rafael Micó, Roberto Risch y Cristina Rihuete (del departamento de Prehistoria de la UAB) espera recibir la visita de expertos de la Universidad de Kiel para que realicen dos pruebas de prospección geomagnética, a partir de las cuales se rastrearía el suelo de gran parte del yacimiento para comprobar si hay más edificios de esta tipología.