diariodemallorca.es 31-8-2008
Antiguas construcciones defensivas del litoral, que son bienes protegidos, se hallan en un estado de abandono
La torre de Cala Figuera, que data de 1579. Fotos: Arca
I. MOURE. CALVIÀ. Las torres de vigía y defensa que sobreviven erigidas en Calvià son un testimonio del miedo que se vivía en otros tiempos. Miedo a las incursiones de gentes extrañas. Eran las famosas razias, ataques fugaces en que los piratas turcos o bereberes se daban al pillaje para después volver a sus bases de origen. En una costa despoblada, los guardas de las fortificaciones eran los primeros sensores del peligro que arribaba en forma de naves corsarias. Avisaban al resto de la población con señales de humo durante el día y de fuego por la noche.
En el municipio de Ponent, al igual que en el resto de la isla, perviven algunas de estas construcciones, que comenzaron a levantarse en el siglo XVI. Si antes se enfrentaban al peligro de los intrusos, ahora se enfrentan a un enemigo demoledor para cualquier edificación con trascendencia histórica: el abandono de sus propietarios privados y la desidia institucional.
La voz de alarma la ha lanzado la asociación conservacionista ARCA. La entidad recuerda que estas torres están catalogadas desde 1993 como Bien de Interés Cultural (BIC), lo que obliga por ley a sus dueños a garantizar la preservación. Este tipo de catalogación también obliga a la apertura al público de las edificaciones durante, al menos, cuatro días al mes. En pocas ocasiones se cumplen dichos requisitos.
Existen dos casos especialmente significativos por su preocupante estado de deterioro, advierte ARCA. Las construcciones defensivas de Cala Figuera, que datan de 1579, y de Illetes, de 1597. En el primer caso, aunque fue restaurada hace dos décadas, la erosión ha dejado sentir sus efectos. Por otro lado, parte de la fachada de la torre de Illetes, delante del club militar, se ha caído y el conjunto corre peligro de derrumbe.
Aunque la asociación conservacionista apunta que ambas fortificaciones son de propiedad privada, reclama también a las administraciones públicas (Consell de Mallorca y ayuntamiento de Calvià) que asuman más protagonismo en la defensa de bienes históricos protegidos. Otras torres en Calvià -como la de es Castellot, Portals Vells y Torrenova- están mejor conservadas, pero, al encontrarse dentro de urbanizaciones privadas, el acceso para los visitantes es complicado.
La mayoría de las torres de defensa son del siglo XVI y XVII. Con el tiempo, su uso decayó y en 1876 se procedió a subastar la mayoría. Con el estallido de la Guerra Civil, conocieron su último momento de actividad.