06 de juliol 2010

Fartàritx, un pueblo en la ciudad


diariodemallorca.es 6-7-2010

Un libro cuenta ahora los orígenes y vivencias del arrabal del torrente


Una de las típicas familias de molineros de Fartàritx.

S. SANSÓ. MANACOR. Separado del resto de Manacor por el torrente de Sa Cabana, el barrio de Fartàritx (Fertaritg originariamente) quedó durante años, aislado del resto de la ciudad. Con un carácter definido, marcado por los molinos de viento y la acumulación de tradiciones y el Sant Crist de la Fe, ahora parece que el levantamiento de la moratoria constructiva dictada hace treinta años por el Ayuntamiento puede modernizar su aspecto, no se sabe bien aún a qué precio.
Para comprenderlo todo, hace unos días se puso a la venta el libro Així és Fartàritx, de los investigadores Antoni Gomila y Albert Carvajal, un compendio de nombres e imágenes de la zona.
El barrio comenzó a formarse como lo conocemos (anteriormente también la calle de n´Olesa se integraba en él) en el siglo XVII, a partir de las calles de Sa Creu y de Sant Jeroni, puntos desde donde se distribuyó el entramado posterior. Pero lo que verdaderamente consolidó su imagen, fue el establecimiento de molinos de viento harineros, a partir del siglo XV. Tres centurias más tarde, doce de las dieciocho casas eólicas con las que contaba Manacor en el siglo XVIII estaban en el Serralt, periferia del barrio.

Militares monárquicos

Pero el edificio (hoy desaparecido) que recibía a los vecinos del resto de la ciudad cuando cruzaban el puente del torrente, era el Quarter dels Dragons, caserna del destacamento del ejército de la monarquía hispánica, asentado en Manacor a partir de la Guerra de Sucesión de 1715, que llegó a contar con 360 militares y 278 caballos.