El Ayuntamiento ha recuperado cuatro nombres de calles del casco antiguo de Palma, originarios de la época judía
Las baldosas ´judías´, junto a las de las calles oficiales. Foto: B. Ramon
H.FORNARIS. PALMA. Actualmente, se llevan a cabo numerosas propuestas para recuperar el legado judío. Una de ellas fue presentada ayer, por la regidora de Cultura, Nanda Ramón. Se trata de la recuperación de los nombres originales de cuatro calles del call o judería, a partir de la obra El call de Ciutat de Mallorca circa 1350, de Margalida Bernat Roca. Para recordarlos, se han puesto un total de ocho baldosas con los nombres judíos de las calles. Sin embargo, estos nombres no son oficiales, sino que tratan de tener presente el legado histórico de Ciutat.
Dos de las calles se encuentran en el call mayor, la calle de la posada de Montserrat y calle Pelletería, que se llamaban calle de la sinagoga y de la sinagoga nueva, respectivamente. En el call menor, las calles Jaume II y San Bartolomé se llamaron calle del segell y dels jueus.
Para recordar esta parte del legado judío, se han colocado dos baldosas en cada calle, una en cada extremo. Las rajoles, cuyos lados miden quince centímetros, están hechas siguiendo una técnica antigua a base de estaño, "que le aporta un blanco característico", explicó Juan Pere Catalá, ceramista y autor de las baldosas. "Lo único que hemos cambiado del proceso antiguo es la cocción, hemos utilizado un horno eléctrico en lugar de uno de leña", explica Catalá.
Las letras se han hecho a base de óxido de manganeso, por lo que tienen un color marrón muy oscuro, que de lejos puede confundirse con el negro. La técnica seguida se llama siglo XVIII, pues era muy popular en la época. Ante la ausencia de modelos tipográficos de la época, Catalá ha estudiado las baldosas del XVIII encontradas por el casco antiguo. A partir de ellas han reproducido la tipografía con unas plantillas, y finalmente las han plasmado en la rajola. El proceso total ha llevado veinticinco días y ha costado cuatrocientos euros.
Desde la Comissió de Toponimia, recomendaron que las nuevas baldosas no pudiesen confundirse con las oficiales ni con las baldosas antiguas. Para evitar confusiones, se ha estampado en ellas el símbolo de la menorá, candelabro judío.