La nueva campaña arqueológica del doble poblado prehistórico de Manacor comienza a dar algunos frutos tras una semana
Magdalena Salas supervisa los trabajos del perímetro talayótico. Fotos: C.Mulet
CARLES MULET. PALMA. Bajo el atenuado sol del agosto tardío, el equipo co-dirigido por Magdalena Salas y Damià Ramis reemprendió su labor arqueológica en el ´caprichoso´ doble yacimiento de s´Hospitalet Vell, en Manacor. La primera de las cinco semanas de trabajo programadas, tiempo aun prematuro para las conclusiones, ya les ha deparado algunas alegrías; de manera especial en la zona del poblado talayótico donde un corredor -inexplorado hasta entonces- se ha revelado depósito de ánforas, probable silo granero y custodio, como mínimo, de la pequeña hacha de hierro con la que ya han topado.
Mientras Salas supervisa las labores acometidas en el área talayótica, Ramis brega en el perímetro naviforme; encargado junto a un grupo de voluntarios manacorins de eliminar la capa superficial de tierra de una naveta geminada con vistas a poder escarbar el interior de una de sus cámaras.
"Afinar la cronología y aclarar el uso" de los armazones talayóticos todavía no intervenidos son los principales objetivos de la nueva campaña, revela Salas; una empresa que contempla, en su caso, la revisión de un centenar de metros cuadrados. "En esta época -talayótico tardío, del 300 a.C. al 123 a.C.- era habitual reaprovechar las estructuras ya existentes", comenta mientras señala evidencias -piedras de muy distinto tamaño en una misma construcción- de que ésto era así. "Tal vez podamos remontarnos uno o dos siglos", concluye tan esperanzada como escéptica. En arqueología, como apunta Ramis, "las anticipaciones son complicadas".
La filosofía de trabajo en
s´Hospitalet Vell -"escarbar para consolidar, restaurar y difundir" logros- es la misma con la que hace siete años Salas, Ramis y su grupo retomaron -"para poner en valor el yacimiento"- el trabajo iniciado en los años 70 por un equipo del Museu de Mallorca.
Las incursiones de Manacor, dirigidas antaño por Guillem Rosselló Bordoy, ´vaciaron´ el famoso talayot del enclave -ya restaurado, acaso el mejor conservado de la isla y el único que conserva parte de su cubierta- las habitaciones adyacentes, un gran recinto rectangular y dos de las navetas pretalayóticas cercanas a la que dedican ahora sus esfuerzos.
Tras una larga pausa, el ayuntamiento de Manacor y el Consell decidieron que era el momento de reanudar la exploración de un perímetro tan rico en construcciones como escaso en restos materiales portadores de información adicional. De momento, esta campaña -24.000 euros sufragados a partes iguales por las dos instituciones- ya se ha traducido en muchos sacos de ánforas astilladas y en un pequeño machado férreo; ambos tesoros a la espera de visitar laboratorio para ser analizados y fechados con exactitud.
Mientras Salas orienta sudores en profundizar en la Edad de Hierro, Ramis hace lo propio con la de Bronce (700 a 1200 a.C). Su trabajo -de momento "algo menos agradecido" aunque igualmente "necesario"- pasa por recuperar otra de las navetas de la aldea pretalayótica. Estructura geminada -con muros de doble muro y relleno interior- la primera capa de tierra que viste su superficie necesita ser expelida. Será entonces cuando se pueda comenzar a pensar "en diferentes niveles de abandono", en el caso de que los hubiera. Establecer el momento de su construcción y el último de deserción son por ahora los objetivos; no incompatibles con el acopio de herramientas y restos intrínsecos a una construcción destinada a la vivienda, el trabajo cotidiano y el almacenaje.