El estado actual del poblado talaiótico de Artà es «bastante deficiente», según los expertos
Una de las zonas excavadas por el italiano en los años sesenta y donde se aprecia el desmoronamiento de muros. Foto: EQUIPO RESTAURACIÓN ARQUEOLÓGICA
ANA LARGO Este año se cumple medio siglo de la primera campaña de excavación en el poblado talayótico de Ses Païses, en Artà, a cargo del arqueólogo italiano Giovanni Lilliu. Desde entonces, los restos arquitectónicos han estado expuestos a la intemperie -de ahí que algunos de los elementos se encuentren en un estado «bastante deficiente»- y ahora, cincuenta años después, el yacimiento asumirá la primera restauración de los restos hallados por Lilliu, después de que la Ponencia Técnica de Patrimoni haya informado favorablemente sobre el proyecto de restauración y consolidación, redactado por el arqueólogo Damià Ramis y los restauradores Margalida Munar y Bernat Burgaya.
A lo largo de estos años, las tareas de mantenimiento se han centrado en la retirada de escombros y vegetación, además de algunos trabajos puntuales de restauración para consolidar elementos que estaban en mal estado. Ahora, el proyecto de rehabilitación actuará en las habitaciones colindantes al talaiot central y en otras situadas en la zona oeste. Así, según explicó Bernat Burgaya, se excluye la actuación en el talaiot, ya que precisa de una intervención «más específica» y complicada».
Patologías
El desmorone de estructuras murarias provocado por el deterioro de su parte superior o crestas, y la pérdida de sus cimientos, son algunas de las patologías que padece el poblado, además de la práctica desaparición de muros simples que limitan el espacio entre habitaciones y la extensa vegetación que invade paramentos o pavimentos.
Así, las actuaciones se centrarán en «restituir las zonas más degradadas y consolidar las estructuras mediante mortero de cal y técnicas de pared seca», explicó Burgaya, quien aseguró que éste es «un proyecto ambicioso que hace mucho tiempo que se debería haber hecho», ya que, «además de padecer la degradación propia de cualquier yacimiento, sufre lo daños de haber estado expuesto 50 ó 60 años a la degradación ambiental y a las visitas, durante una época descontroladas». En el proyecto, que se prolongará durante dos meses, colaborarán también margers, pues «ellos son los que tienen grandes conocimientos sobre la técnica de los muros», comentó el restaurador, quien recordó que aunque no ha habido proyectos concretos de consolidación y restauración, la excavación de Lilliu incluyó, de alguna forma, una primera y simple estabilización de las estructuras.
ANA LARGO Este año se cumple medio siglo de la primera campaña de excavación en el poblado talayótico de Ses Païses, en Artà, a cargo del arqueólogo italiano Giovanni Lilliu. Desde entonces, los restos arquitectónicos han estado expuestos a la intemperie -de ahí que algunos de los elementos se encuentren en un estado «bastante deficiente»- y ahora, cincuenta años después, el yacimiento asumirá la primera restauración de los restos hallados por Lilliu, después de que la Ponencia Técnica de Patrimoni haya informado favorablemente sobre el proyecto de restauración y consolidación, redactado por el arqueólogo Damià Ramis y los restauradores Margalida Munar y Bernat Burgaya.
A lo largo de estos años, las tareas de mantenimiento se han centrado en la retirada de escombros y vegetación, además de algunos trabajos puntuales de restauración para consolidar elementos que estaban en mal estado. Ahora, el proyecto de rehabilitación actuará en las habitaciones colindantes al talaiot central y en otras situadas en la zona oeste. Así, según explicó Bernat Burgaya, se excluye la actuación en el talaiot, ya que precisa de una intervención «más específica» y complicada».
Patologías
El desmorone de estructuras murarias provocado por el deterioro de su parte superior o crestas, y la pérdida de sus cimientos, son algunas de las patologías que padece el poblado, además de la práctica desaparición de muros simples que limitan el espacio entre habitaciones y la extensa vegetación que invade paramentos o pavimentos.
Así, las actuaciones se centrarán en «restituir las zonas más degradadas y consolidar las estructuras mediante mortero de cal y técnicas de pared seca», explicó Burgaya, quien aseguró que éste es «un proyecto ambicioso que hace mucho tiempo que se debería haber hecho», ya que, «además de padecer la degradación propia de cualquier yacimiento, sufre lo daños de haber estado expuesto 50 ó 60 años a la degradación ambiental y a las visitas, durante una época descontroladas». En el proyecto, que se prolongará durante dos meses, colaborarán también margers, pues «ellos son los que tienen grandes conocimientos sobre la técnica de los muros», comentó el restaurador, quien recordó que aunque no ha habido proyectos concretos de consolidación y restauración, la excavación de Lilliu incluyó, de alguna forma, una primera y simple estabilización de las estructuras.