Varios templos de Mallorca han sufrido en los últimos meses diversas sustracciones de obras de arte de gran valor
Los ladrones se llevaron hace dos semanas cuatro valiosas tallas de la iglesia de Monti-Sion. Foto: M.O.I.
M. OLLÉS. PALMA. Bancos de arte sin medidas de seguridad. Iglesias y parroquias atesoran en su interior un rico patrimonio artístico apenas protegido. Un blanco fácil para los ladrones, que se benefician además de la buena salida de estas obras en el mercado negro. En los últimos meses, varios templos de Mallorca han sufrido robos de importantes piezas de gran valor artístico y económico que todavía no han sido recuperadas. Algunas voces de la Iglesia lamentan los escasos recursos que tienen para proteger los importantes bienes que custodian.
El último golpe contra el patrimonio religioso de la isla fue la sustracción de ocho piezas en la iglesia de Monti-Sion, en Palma. En apenas cinco días, los ladrones se llevaron cuatro figuras de ángeles y otras tantas pedrelas del retablo mayor. Estas últimas, bajorrelieves del siglo XVII, están valoradas en unos 300.000 euros. Los autores de los robos, que al parecer actuaron de madrugada en ambas ocasiones, no tuvieron que sortear alarmas ni puertas blindadas. Se apoderaron de la llave del templo, que estaba en la sacristía, y salieron por la puerta principal. "Tenemos cerrojos...", reconocía lacónico el prefecto de la iglesia, Miguel Garau.
Monti-Sion no ha sido el único templo que los ladrones han visitado en los últimos meses. A finales de julio, la parroquia de Sant Bartomeu de Sóller amaneció sin cuatro candelabros y dos tallas de ángeles que ornamentaban la capilla del Roser. Tampoco esta vez los ladrones lo tuvieron complicado. Al parecer, se ocultaron en la iglesia hasta que se cerró al público. Salieron de su escondite y se llevaron las piezas sin dificultades.
Algo parecido ocurrió a principios de verano en la iglesia palmesana de Nuestra Señora del Socorro. También amparados en la noche, los intrusos arrancaron una talla de madera policromada del siglo XVIII, una figura de un ángel que formaba parte del retablo de la capilla de Santa Rita.
"Cualquier valoración es subjetiva. No se puede calcular qué precio podrían alcanzar estas obras en el mercado, porque nunca se ha pensado en venderlas", señala uno de los encargados del templo, quien apunta que carecen de "apoyo para poder mantener a salvo las piezas". Las medidas de seguridad en las iglesias se reducen a cerraduras corrientes que los ladrones sortean con aparente facilidad.
Pesquisas complejas
Las investigaciones para tratar de recuperar las obras de arte robadas son complejas, ya que la mayoría acaban en manos de algún coleccionista a través del mercado negro. La Guardia Civil y la Policía Nacional cuentan con equipos especializados en delitos contra el Patrimonio Histórico, que tienen catalogadas miles de piezas sustraídas en toda España. Este tipo de robos no son frecuentes en Balears. En comunidades como Castilla y León, decenas de iglesias han sufrido verdaderos expolios y se han desarticulado grupos organizados que se dedicaban exclusivamente a saquear templos.
La falta de seguridad en las parroquias, es también un atractivo para los delincuentes que buscan dinero. Hace unas semanas los ladrones entraron en una iglesia de Andratx y se apropiaron de varios miles de euros además de vaciar la nevera. También en la iglesia palmesana de Santa Eulàlia, en la Felanitx y en la Palmanova han sido sorprendidos en los últimos meses algunos intrusos.
Los ladrones se llevaron hace dos semanas cuatro valiosas tallas de la iglesia de Monti-Sion. Foto: M.O.I.
M. OLLÉS. PALMA. Bancos de arte sin medidas de seguridad. Iglesias y parroquias atesoran en su interior un rico patrimonio artístico apenas protegido. Un blanco fácil para los ladrones, que se benefician además de la buena salida de estas obras en el mercado negro. En los últimos meses, varios templos de Mallorca han sufrido robos de importantes piezas de gran valor artístico y económico que todavía no han sido recuperadas. Algunas voces de la Iglesia lamentan los escasos recursos que tienen para proteger los importantes bienes que custodian.
El último golpe contra el patrimonio religioso de la isla fue la sustracción de ocho piezas en la iglesia de Monti-Sion, en Palma. En apenas cinco días, los ladrones se llevaron cuatro figuras de ángeles y otras tantas pedrelas del retablo mayor. Estas últimas, bajorrelieves del siglo XVII, están valoradas en unos 300.000 euros. Los autores de los robos, que al parecer actuaron de madrugada en ambas ocasiones, no tuvieron que sortear alarmas ni puertas blindadas. Se apoderaron de la llave del templo, que estaba en la sacristía, y salieron por la puerta principal. "Tenemos cerrojos...", reconocía lacónico el prefecto de la iglesia, Miguel Garau.
Monti-Sion no ha sido el único templo que los ladrones han visitado en los últimos meses. A finales de julio, la parroquia de Sant Bartomeu de Sóller amaneció sin cuatro candelabros y dos tallas de ángeles que ornamentaban la capilla del Roser. Tampoco esta vez los ladrones lo tuvieron complicado. Al parecer, se ocultaron en la iglesia hasta que se cerró al público. Salieron de su escondite y se llevaron las piezas sin dificultades.
Algo parecido ocurrió a principios de verano en la iglesia palmesana de Nuestra Señora del Socorro. También amparados en la noche, los intrusos arrancaron una talla de madera policromada del siglo XVIII, una figura de un ángel que formaba parte del retablo de la capilla de Santa Rita.
"Cualquier valoración es subjetiva. No se puede calcular qué precio podrían alcanzar estas obras en el mercado, porque nunca se ha pensado en venderlas", señala uno de los encargados del templo, quien apunta que carecen de "apoyo para poder mantener a salvo las piezas". Las medidas de seguridad en las iglesias se reducen a cerraduras corrientes que los ladrones sortean con aparente facilidad.
Pesquisas complejas
Las investigaciones para tratar de recuperar las obras de arte robadas son complejas, ya que la mayoría acaban en manos de algún coleccionista a través del mercado negro. La Guardia Civil y la Policía Nacional cuentan con equipos especializados en delitos contra el Patrimonio Histórico, que tienen catalogadas miles de piezas sustraídas en toda España. Este tipo de robos no son frecuentes en Balears. En comunidades como Castilla y León, decenas de iglesias han sufrido verdaderos expolios y se han desarticulado grupos organizados que se dedicaban exclusivamente a saquear templos.
La falta de seguridad en las parroquias, es también un atractivo para los delincuentes que buscan dinero. Hace unas semanas los ladrones entraron en una iglesia de Andratx y se apropiaron de varios miles de euros además de vaciar la nevera. También en la iglesia palmesana de Santa Eulàlia, en la Felanitx y en la Palmanova han sido sorprendidos en los últimos meses algunos intrusos.