diariodemallorca.es 31-1-2010
Pináculos desaparecidos de la capilla palmesana. Foto: DM
M. ELENA VALLÉS. PALMA. A la capilla de la Casa de la Iglesia se le van cayendo los pináculos. Entero, ya sólo le queda uno. El pasado 8 de enero, a raíz del temporal de viento y lluvia que azotó la capital, se cayó una tercera cresta de la iglesia, situada en la calle Seminari de Palma. El aparejador diocesano, Bartomeu Bennàssar, informó a este diario de que la fachada se está desconchando. "Cada vez se van desprendiendo más trozos de piedra. Basta que haga un poco de viento para que los fragmentos caigan", reseñó. La tela de protección también cedió un poco debido al peso del marés que se derrumbó.
El año pasado, justo por estas fechas, se derruyó la parte superior de otro pináculo. Pero la cosa no se queda sólo ahí: el deterioro se ha adueñado del edificio. "Las mujeres de la limpieza, cuando entran en la capilla, ven cómo se desprenden sales de las bóvedas por la humedad que se filtra por las cubiertas", añadió el aparejador, quien calcula que la reforma integral del templo de principios del siglo XX costaría entre 2 y 3 millones de euros, dinero que no posee la diócesis, dueña del inmueble.
La piedra de la iglesia está muy deteriorada y se muestra muy frágil, por lo que muchos de los pináculos deberían rehacerse por completo, así como las molduras, capiteles y esculturas. "En este caso, se opta por las réplicas cuando la pieza está hecha añicos", detalló Bennàssar. El rosetón central y parte de la nave lateral izquierda tiene grietas y hendiduras importantes. La cubierta tendrá que repararse y reforzarse por completo al tener problemas de filtraciones de agua, que están destrozando el artesonado de las capillas laterales.
La iglesia no alberga actualmente cultos abiertos para cualquier feligrés de la ciudad, sino que de vez en cuando se oficia en su interior alguna celebración interna de la Casa de la Iglesia.
El año pasado, justo por estas fechas, se derruyó la parte superior de otro pináculo. Pero la cosa no se queda sólo ahí: el deterioro se ha adueñado del edificio. "Las mujeres de la limpieza, cuando entran en la capilla, ven cómo se desprenden sales de las bóvedas por la humedad que se filtra por las cubiertas", añadió el aparejador, quien calcula que la reforma integral del templo de principios del siglo XX costaría entre 2 y 3 millones de euros, dinero que no posee la diócesis, dueña del inmueble.
La piedra de la iglesia está muy deteriorada y se muestra muy frágil, por lo que muchos de los pináculos deberían rehacerse por completo, así como las molduras, capiteles y esculturas. "En este caso, se opta por las réplicas cuando la pieza está hecha añicos", detalló Bennàssar. El rosetón central y parte de la nave lateral izquierda tiene grietas y hendiduras importantes. La cubierta tendrá que repararse y reforzarse por completo al tener problemas de filtraciones de agua, que están destrozando el artesonado de las capillas laterales.
La iglesia no alberga actualmente cultos abiertos para cualquier feligrés de la ciudad, sino que de vez en cuando se oficia en su interior alguna celebración interna de la Casa de la Iglesia.
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