elmundo.es 17-7-2008
EDUARDO COLOM. PALMA.- La protección de Es Jonquet que ha ideado el Consell a través de la figura de BIC (Bien de Interés Cultural) no sólo afecta al característico barrio de pescadores situado a la espalda de la calle San Magín, vía que delimita la frontera natural del barrio. Según se desprende de los planos que la institución insular ha enviado al Ayuntamiento de Palma, también incluye como zona de protección dos manzanas del barrio de Santa Catalina y una parte del paseo marítimo ubicada fuera de Es Jonquet y trufada de bares de copas, restaurantes y edificios de reciente construcción. Viviendas sin historia y establecimientos sin valor patrimonial que serán catalogados como «entorno de protección» para salvaguardar Es Jonquet de cualquier impacto visual.
Concretamente los que están en la Avenida Gabriel Roca y la calle que la conecta con la Plaça del Pont. La figura bajo la que se ha enmarcado a estos negocios y apartamentos, todavía en tramitación, les obligará a estar bajo la tutela urbanística del Consell, cuyos expertos en patrimonio deberían pronunciarse ante cualquier reforma que deseen acometer. Y obliga a que cualquier obra nueva deba adaptarse a la fisonomía de la zona. La ley 12/98 aborda los criterios de intervención en los entornos de los BIC. Y establece que "el volumen, la tipología, la morfología y el color de los edificios no podrán alterar el carácter arquitectónico y paisajístico del área ni perturbar la visualización del bien".
La consellera de Patrimonio, Joana Lluïsa Mascaró (Bloc), explicó a este diario que en el entorno de protección del BIC "las restricciones serán menores" que en la zona propiamente calificada como tal. Sin embargo, la ley antes citada parece clara y los proyectos o reformas urbanísticas que quieran desarrollarse, siquiera menores, deberán ser visados por la Comisión Insular de Patrimonio, organismo que se reúne sólo una vez al mes, lo que ralentizará los trámites para aquellos propietarios que promuevan las obras.
Por lo pronto, como deja claro el expediente incoado y publicado en el Boletín Oficial de las Islas Baleares el pasado sábado, toda la actividad inmobiliaria o urbanística tanto en el BIC como en su entorno queda congelada durante 20 meses, plazo en el que se debe haber aprobado definitivamente, alegaciones incluidas. "Se suspende la tramitación de licencias municipales de parcelación, edificación o demolición y se suspenden los efectos de las licencias ya concedidas; cualquier obra que haya que realizar en este ámbito de actuación [BIC y entorno] habrá de ser previamente autorizada por la Comisión de Patrimonio", establece el expediente.
Mascaró justificó la inclusión de zonas del paseo marítimo para preservar Es Jonquet del impacto visual que causaría una obra nueva en sus inmediaciones. Para ello empleó una analogía: "Es como si para proteger la catedral se catalogara como entorno sus alrededores". El parque del mar, por ejemplo. La decisión de sumar al BIC 27.000 m2 como entorno entre los que se encuentran calles comerciales y pubs tan ilustres como el irlandés Hogan’s o el emblemático Bar Marítimo fue ayer seriamente cuestionada por la Asociación de Comercios e Industriales del Paseo Parímito (ACOIPAM). A falta de estudiar con mayor detenimiento el asunto (nadie del Consell se ha dirigido a esta entidad para explicarlo), su gerente, Margarita Bautista, valoró que para los empresarios que tienen sus negocios en la zona resulta una mala noticia que se impongan restricciones a sus eventuales reformas. Y que el hecho de añadir más trabas administrativas siempre complica la actividad. Bautista aprovechó la llamada de este diario para solicitar una reunión con la consellera con el objeto de ésta les detalle sus planes.
El especialista de ARCA para la zona (Asociación para la Revitalización de Cascos Antiguos), Josep Massot, agregó a los argumentos de Mascaró el de la conveniencia de conservar el talud de Es Jonquet como elemento patrimonial. Para ello, dijo, la mejor forma era establecer un perímetro de protección. Una forma de "asegurar la conservación" en el tiempo. En este sentido, cabe apuntar que al menos una de las cafeterías ahora protegidas están frente a dicho talud. El resto no.
El portavoz de la Asociación de Vecinos de Santa Catalina, Pere Felip, aplaudió que se hayan iniciado los trámites para sacar adelante el BIC en Es Jonquet pero cuestionó que su área de influencia se extienda hasta la Avenida Gabriel Roca, ya en pleno paseo marítimo. «Eso no es parte antigua y allí hay edificios construidos hace pocos años; habría que ver si es o no es pertinente proteger esa zona», explicó el conocido líder vecinal en declaraciones a este periódico. Otra de las novedades del dibujo del BIC que ahora se ha remitido a Cort tras una atropellada tramitación es la antes mencionada inclusión de dos manzanas en el barrio de Santa Catalina. Concretamente, las delimitadas entre la calle Servet y la calle San Magín por el norte y por el sur, y la Avenida Argentina y calle Cotonoer al este y al oeste.
Justificación
Estas dos áreas se han definido como BIC, mientras que otras manzanas adyacentes al mercado de Santa Catalina y con características arquitectónicas muy similares se han dejado fuera. En cambio, los alrededores de la Iglesia de San Magín han quedado calificados como «entorno de protección» y no como BIC propiamente dicho pese a que están ubicados mucho más cerca del núcleo histórico de Es Jonquet.
¿Por qué esa anexión del barrio cataliner? Según explicó Massot y según fuentes conocedoras de la historia del barrio consultadas ayer, el criterio que se ha seguido es de carácter histórico. De antigüedad. Esa zona, alegó Massot, es la parte más antigua del asentamiento que dio origen al barrio de Santa Catalina, muy unida a Es Jonquet y en cierta forma parte de su génesis. Allí estaba el viejo hospital y allí arrancaba la calle Verja, la más antigua del barrio cataliner y que en el pasado era el camino que conducía a Santa Eulàlia, arguyeron estas fuentes. Con todo, el propio Massot no ocultó que por la fisonomía de las edificaciones, todas las inmediaciones del barrio de Santa Catalina podrían haber sido incluidas en una figura de protección. "El BIC podría haber sido más ambicioso", concedió, "pero es correcto desde el punto de vista histórico".
Ha sido la presión de colectivos como la Asociación de Vecinos de Es Jonquet la que ha propiciado que el Consell (con el área de Patrimonio controlada por el Bloc) incoe este BIC que sin embargo podría llegar tarde y, según muchos, viciado por su politización. Hay dos promociones en marcha en la zona, una con más de 100 viviendas previstas. Y, como ha publicado este diario, el Ayuntamiento de Palma ha dado recientemente licencias para viviendas y un aparcamiento subterráneo. El propio obispado votó en contra de que la Iglesia se incluyera como BIC, cosa que ahora se ha hecho (bajo la categoría de «entorno»). La inclusión de edificios nuevos, bares del paseo marítimo y zonas de Santa Catalina vuelve a crear polémica.